El
Paris Saint-Germain no desaprovechó el desmoronamiento del Olympiakos en
la segunda mitad para solventar su debut en la presente edición de la
Liga de Campeones por un contundente 1-4 en su visita al Pireo, que
coloca a los de Laurent Blanc como líderes del grupo C.
Un
marcador que, incluso, pudo ser más amplio, ya que el conjunto francés
desaprovechó a ocho del final un penal por
medio del sueco Zlatan Ibrahimovic, que vio como el guardameta español
Roberto rechazaba su primer lanzamiento y el posterior rechazo.
Goleada
impensable tras la magnifica impresión que dejó el campeón griego,
dirigido por el español Michel, en la primera mitad, en la que los
locales, liderados por un espectacular Wladimir Weiss, superaron por
completo al PSG.
Un dominio
que, sin embargo, el Olympiakos no supo trasladar al marcador ya que si al minuto de juego Weiss vio como su
lejano disparo se estrellaba en el travesaño de la meta defendida por
Salvatore Sirigu, en el 15' era el español David Fuster quien remataba al
palo de la portería francesa.
Mientras que el Paris Saint Germain en su primera
aproximación se adelantó en el marcador por medio del uruguayo Edinson Cavani (19'), que culminó a puerta vacía una bonita combinación entre Ibrahimovic y el lateral brasileño Maxwell.
Un
contratiempo que no amedrentó al Olympiakos, que encontró justo premio a su mejor juego, con un
espectacular tanto de Weiss (25'), que dejó en evidencia a la zaga gala con
una internada por banda derecha, en la que tras dejar atrás a Maxwell y
burlar a Marquinhos se deshizo de Thiago Silva para
establecer el 1-1.
Sin embargo, todo lo bueno que ofreció el equipo griego en la
primera mitad se evaporó con el arranque de la segunda parte, en la que
los de Michel dejaron de ser ese equipo intenso en la presión que ahogó
al PSG para quedar completamente a expensas de los
galos.
Un cambio radical en el que jugó un
papel fundamental el delantero argentino Ezequiel Lavezzi, que sustituyó
tras el descanso a un desdibujado Lucas Moura, y que aportó la velocidad y profundidad de la que había carecido en el
primer período.
No obstante, y pese a la
mejoría de su juego, la victoria del PSG llegaría a
balón parado, con dos goles casi idénticos de italiano Thiago Motta, que remató a los 68' y 73' dos saques de esquina cobrados por Lavezzi.
Igualmente,
en un córner llegaría a los 86 minutos el cuarto y último gol del
campeón francés, aunque con distintos protagonistas, ya que en esta
ocasión fue Motta el encargado de sacar el balón para que Marquinhos,
que se estrenaba hoy con el PSG, anotase de cabeza el definitivo 1-4.
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