Sampdoria y Milan disputaron el
último partido de la jornada veinte de la Serie A, que terminó con un
empate sin goles que deja a los rossoneri aún séptimos, ahora con 31
unidades, mientras que los dorianos con este resultado suman 21 puntos y
comparten con Bologna el decimocuarto escalón de la clasificación.
Fue un partido realmente aburrido y mal jugado por ambos equipos y
así no podía mas que terminar con un 0 a 0, en realidad, al inicio la gran
intensidad de los blucerchiati parecía prometer bien.
Primero amenazó De Silvestri, con un derechazo tres dedos que lo
obligó a Abbiati a distenderse sobre la derecha, para rechazar hacia el
externo el balón, más tarde, fue Poli a exigirle al portero rossonero un
buen reflejo, con un remate con comba desde el límite del área,
bastante central pero muy fuerte, el arquero la sacó al córner.
Luego, Abbiati blindó su portería sacando nuevamente hacia el tiro de
esquina un cañonazo de Eder, quien pateó directamente en jugada de tiro
libre desde la media luna.
Sin embargo, el buen comienzo de Sampdoria no fue más allá de ese
cuarto de hora, tras el cual el Diávolo supo ordenarse, se adueñó del
balón y dictó el ritmo del juego, que intentó que fuera siempre bajo
para limitar el desgaste físico.
Así, no pasó mucho más en los primeros 45 minutos, durante los cuales
Romero marcó presencia en una sola ocasión, para atajar un remate
esquinado pero no muy peligroso de Montolivo.
En el complemento, el dominio rossonero fue total, pero bastante
estéril, en efecto, la visita se vió únicamente con un par de buenas
jugadas en los primeros minutos de la segunda etapa, primero con un
disparo de Niang y luego con una desviación de rastrón de Boateng, que
Romero salvó en la línea.
Sampdoria, por su parte, tuvo una buena chance con un remate de
Estigarribia, que una vez más lo obligó a Abbiati a una tapada
complicada, para mantener su portería inviolada.
Como en el primer tiempo, pasado el primer cuarto de hora, en el que
se vió mayor intensidad y se contaron algunas ocasiones, el desafío se
durmió nuevamente y el encuentro se puso aburrido, Milan creó algo más
sobre el final, pero demasiado poco como para poder argumentar un éxito
y, al final, el partido acabó sin más remedio con un empate sin
anotaciones.
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