El Olympiacos dio un paso de gigante para ser segundo del Grupo C
tras el tempranero gol de Kostas Manolas (13') de cabeza para obtener el 1-0
frente al Benfica en El Pireo.
El defensa central Manolas conectó un poderoso cabezazo entrando con
todo para rematar un córner de los locales en carrera, pese a disfrutar de la posesión, el Benfica no pudo encontrar la red al
toparse con un inspirado Roberto. La victoria coloca a Olympiacos
segundo en solitario con siete puntos, tres más que el Benfica, y a tres
del Paris Saint-Germain, que es líder.
Míchel, técnico de
Olympiacos, advirtió a sus jugadores sobre el exceso de confianza por la
gran forma en el campeonato doméstico y en Europa, pero el campeón
griego no se encontró en los primeros compases. En cambio, los
visitantes parecían más fluidos y crearon dos opciones de gol para
adelantarse en los primeros minutos pero no pudo ser por los
reflejos de Roberto, el portero español primero negó la tentativa a
Óscar Cardozo antes de salir de su área para tapar la llegada de Lazar
Markovic.
El inicio prometedor del Benfica se vino abajo cuando en
el primer saque de esquina del partido, Manolas entró con fuerza al
área para cabecear el servicio de José Holebas. El gol no detuvo a los
lusos, que buscaron de forma continuada el marco rival, pero el cabezazo de Luisao se fue por encima del larguero y fue la única
ocasión antes del descanso.
La segunda mitad comenzó con el mismo
panorama que el primero, el Benfica arriba y Roberto siendo un muro, Saviola, que apenas intervino en la
primera mitad ante su antiguo equipo, fue sustituido por Alejandro
Domínguez para acompañar arriba al punta Kostas Mitroglou pero la
atención la siguió reclamando Roberto, que volvió a evitar la diana
frente al lateral zurdo Sílvio, en otro disparo que parecía que entraba.
Cardozo
salió cojeando con una lesión en la rodilla, pero el ataque no paró y
hubo más actos heroicos de Roberto, cuando palmeó un disparo del
suplente benfiquista Filip Djuricic, la reacción de todos los jugadores
al escuchar el pitazo final fue el de correr a abrazar al portero, el
héroe de la noche.
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