Así completó el Atlético una victoria plácida en el Vicente Calderón donde no se ha escapado ningún punto esta temporada y confirma día a día su imparable fuerza como local, como lo demostró ante un intranscendente equipo azulón, con diez desde el minuto 42 por la expulsión por doble amarilla de Valera.
El encuentro transcurría enredado, con un Getafe aguerrido, al que no le importó nada acumular faltas en medio campo, una fórmula efectiva para cortar el ataque rival hasta que un saque de esquina dio ventaja al conjunto rojiblanco en el minuto 26, con Koke, un pasador excepcional, que cada pelota que pone en el área es habitualmente una invitación exclusiva al gol y un rematador potente y preciso: Raúl García.
La conexión entre ambos no sólo puso al Atlético por delante antes de la media hora, sino que obligó al Getafe a algo más, a demostrar algún afán ofensivo, no tuvo oportunidad. Ni tiempo pues, recibió el 2-0 en una desafortunada jugada con despeje hacia su portería de Lopo, tras remate de Koke.
El asunto del resultado ya pareció resuelto por el marcador, por las sensaciones, por el dominio del conjunto rojiblanco y por la falta de convicción en ataque de su oponente, cuyo único disparo en casi todo el encuentro sobre la meta del belga Thibaut Courtois fue un lanzamiento desviado, flojo y lejano de Lafita.
En el inicio de la segunda parte llegó el 3-0 de Villa, tras un fenomenal pase desde la banda de
Juanfran, dos minutos después, el
Atlético anotó el cuarto, lo sirvió Tiago, con un precioso pase aéreo a
la espalda de la defensa del Getafe, y lo transformó Raúl García, otra
vez de cabeza, sin opción para Moyá, al que, como a su equipo, aún le
quedaban 40 minutos de sufrimiento con uno menos ante un equipo que no
perdona.
Quiso más el Atlético, también
Raúl García, que rozó el triplete con una volea que estrelló en el
larguero a centro de Filipe Luis y otro cabezazo que desvió Moyá con una
mano izquierda repleta de reflejos, antes de ser sustituido a falta de
media hora por Diego Costa, de vuelta al césped después de dos semanas
de baja.
Superada la rotura fibrilar que le
apartó de su estreno con la selección española, su regreso a la
competición fue extraordinario, con una increíble y espectacular chalaca
que redondeó la incontestable victoria del Atlético, agrandada por
Villa con el 6-0 y por Adrián con el 7-0, para mantener el inalterable
viaje rojiblanco por el podio liguero.
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