La Juventus de Turín, líder destacado del
campeonato, dió un gran paso hacia su objetivo de revalidar el título
de la liga italiana, con una brillante victoria por 2-1 en el campo del
Inter de Milán (7º), en la 30ª jornada de la Serie A.
A falta de ocho jornadas
para el final del campeonato, la Juventus parece en una posición más que
clara para un nuevo "Scudetto" y podrá ahora centrarse en preparar su
partido del martes ante el Bayern de Múnich, en la ida de los cuartos de
final de la Liga de Campeones.
Fabio Quagliarella (3'),
con un soberbio tanto desde fuera del área, adelantó a los "bianconeri", pero el Inter igualó en el 54', con un tanto del
argentino Rodrigo Palacio (54').
El gol del 2-1 definitivo para el líder lo consiguió en el 60' Alessandro Matri, con lo que su equipo solventó uno de los partidos más delicados que le quedaban hasta el final del campeonato.

Fue un match realmente intenso y muy apasionante, que logró
transmitir emociones a pesar de la pésima del referí que no cobró dos claros penales para Juventus y, en
el complemento, "no vio" otros tantos para los nerazzurri.
La visita bajó muy bien a la cancha y
marcó enseguida diferencia gracias a una invención fenomenal de
Quagliarella, quien controló el esférico a unos 25 metros desde el arco,
a la altura del palo izquierdo, y sacudió un derechazo poderoso pero al
mismo tiempo muy fino, que bajó justo a tiempo para meterse abajo de la
horizontal, cerca del poste a la derecha del inculpable Handanovic.
La ventaja, claramente, le puso el desafío de la mejor manera a los
bianconeri, quienes siguieron controlando bien el enfrentamiento con una
maniobra inteligente y de calidad, pero especialmente con buena presión
y mucho orden sobre el campo.
Así la defensa de Juventus empezó a sufrir un poco y Buffón tuvo que
resolver un par de situaciones complicadas, así como toda la retaguardia
bianconera se vio obligada a cumplir una labor muy dura.
El primer tiempo se cerró con una buena chance para el anfitrión,
cuando Palacio recibió un gran centro de Cassano desde la derecha pero
sin lograr darle fuerza a su cabezazo, que Buffón atrapó sin demasiados
problemas.
El complemento empezó con la misma inercia con la que los equipos se
habían ido al descanso e Inter construyó un par de peligros, para
encontrar el empate ya al noveno minuto, estuvo mal
Pirlo, quien regaló el balón en salida y así Kovacic pudo tirar una
contra rápida armada en los últimos metros de la cancha: el balón le
llegó a Cassano por izquierda y de ahí a Palacio, quien fue
increíblemente hábil en controlar a toda velocidad el pase rasante de su
compañero, meterse en el área y definir con frialdad a lado del palo a
su derecha.
Pero el conjunto milanés se
relajó un poco una vez encontrado el empate y le dió la chance de
levantarse enseguida a Juventus, la "Vieja Señora" no se dejó
repetir la invitación dos veces y a la hora de juego pasó nuevamente en
ventaja, Vidal tocó profundo, algo por derecha, para Quagliarella, el
delantero llegó hasta el fondo y tocó bajo hacia el primer palo para
premiar el buen corte de Matri, hábil en definir de primera por abajo de
las piernas de Handanovic.
La última media hora fue al rojo vivo, tanto sobre el plano del juego
cuanto, en particular, sobre el anímico, culpa especialmente de los
interistas, que perdieron un poco los nervios, pero también del referí,
quien no supo mantener el control del partido, en efecto, no cobró dos penales para el local, uno por
una falta de Chiellini a Kovacic y otro por una clara falta sobre
Cassano, siempre de Chiellini.
Al final, todo eso
terminó por costarle la roja a Cambiasso, quien le pegó una patada
desleal a Giovinco cuando el partido ya se había cerrado, fué
, sin embargo, un final de partido emocionante y no hay que tomar por
un mal espectáculo la buena labor táctica de los dos cuadros.
Al final terminó con un triunfo bianconero que no hace que ratificar
lo que ya parece seguro desde hace rato, es decir que la Vieja Señora
será nuevamente campeona, mientras que Inter difícilmente logrará
clasificarse a la Champions, considerando todas las dificultades de un
ambiente que luce demasiado frustrado y nervioso.