Bayern Múnich anuló al Arsenal en el Emirates para conseguir una victoria por 1-3 que deja
casi cerrada a su favor la eliminatoria de octavos de final de la UEFA
Champions League.
Con un gol en el minuto 7, el alemán
Toni Kroos aplacó las expectativas de los Gunners, que confiaban en que
su calidad individual sería suficiente ante el férreo sistema del
Bayern, mientras que Thomas Müller desesperó definitivamente a los de
Arsène Wenger en el 21'.
Lukas Podolski, ex delantero del Bayern, amagó con la remontada al
inicio del segundo tiempo, pero los alemanes desmontaron el espejismo a
diez minutos para el final con un tanto del croata Mario Mandzukic (77').
En un campo que olía a la pólvora de las bengalas de los seguidores
locales, quedó claro desde el primer minuto que el Bayern llegaba a
Londres dispuesto a hacer valer su fútbol marcial, mientras que la tarea
del Arsenal iba a ser tratar de colarse por los espacios que dejara
libres la rígida formación de los de Jupp Heynckes.
El
Arsenal se mostraba explosivo y desquiciaba a la defensa visitante con
arranques de genio, pero los teutones funcionaban como una máquina de
relojería y sólo dejaron correr siete minutos antes de enfriar a la
hinchada del Emirates con su primer gol.
Müller se hizo con el balón tras una recuperación y recorrió sin
oposición la banda derecha para trazar un centro que el defensa belga
Thomas Vermaelen no pudo más que rozar con la punta de la bota y que
Kroos acabó rematando a la red.
La presión del Bayern y la incapacidad de los ingleses para
sobreponerse a un tanto temprano con el que no contaban hacía presagiar
un segundo jarro de agua fría que heló al público de Londres en el
minuto 21.
Ni el portero polaco Wojciech Szczesny ni el
central francés Laurent Koscielny acertaron a despejar un balón de la
línea de gol a al salida de un córner, y Müller aprovechó la ocasión
para empujarlo al fondo de la portería.
En tan solo veinte
minutos, los Gunners habían pasado de la inspiración a la
desesperación, y el árbitro noruego Svein Oddvar tuvo que hacer uso de
las tarjetas para mantener controlado el encuentro ante el juego duro
que practicaban los ingleses por momentos y que los visitantes no
dudaban en responder.
Al final del primer tiempo, el Bayern se sentía tan cómodo sobre el
césped de Londres que Mandzukic incluso se permitía alguna fantasía ante
unos Gunners descentrados que necesitaban recuperar la perspectiva en
las duchas.
Wenger, con 16 años de experiencia al frente
del banquillo del Arsenal, convenció a los suyos en el descanso de que
los de Heynckes no son invencibles y, apenas comenzar la segunda parte,
los ingleses encontraron por fin una grieta en la defensa visitante, a
la salida de un córner.
Los alemanes se confiaron y
olvidaron marcar a su excompañero, Podolski, que devolvió los ánimos a
los cerca de 60.000 seguidores ingleses que abarrotaban el Emirates y
que hace ocho años que no ven levantar un título a su equipo.
El tanto inspiró a un Arsenal que comenzó a preocupar, ahora sí, a
Neuer con varias llegadas, pero el Bayern supo rematar el partido en su
peor momento.
A diez minutos para el final, con el público
entregado a una posible remontada del Arsenal, el defensa francés
Bacary Sagna y el arquero Szczesny no se entendieron para despejar un
balón que tocó Mandzukic antes de entrar, por tercera vez, en la
portería gunner.
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