El gol de
Moutinho (56') premió la tenacidad del Porto, más pujante en todas
las vertientes del encuentro que el tímido Málaga, que empañó en el
estadio Do Dragao su inmaculada actuación en la presente edición de la
UEFA Champions League.
El intenso dominio blanquiazul mantuvo siempre en alerta a la retaguardia del equipo español.
Liderados
por el dinamismo del internacional portugués Joao Moutinho y la presión
del brasileño Fernando Reges, los locales acorralaron por momentos al
Málaga, en el que Joaquín fue una isla e Isco apenas entró en contacto
con el balón.
El esfuerzo defensivo de los jugadores que
dirige el chileno Manuel Pellegrini fue loable, lanzado por Moutinho y
el argentino Lucho González, el Porto ejerció un claro dominio capeado
con oficio por la línea defensiva del Málaga.
La
mayoría de las acciones culminaban con pases largos al también
colombiano Jackson Martínez, un poderoso ariete muy vigilado por
Demichelis y Weligton.
Con el juego más elaborado abortado
por la solidez del Málaga, las jugadas a balón parado y los disparos
lejanos se convirtieron en recurso usual del campeón portugués, cuya
mejor oportunidad en el primer periodo nació en un córner en el minuto
18, cuando Silvestre Varela cabeceó desviado.
Le siguieron
otras dos tentativas fallidas del ruso Marat Izmailov y el brasileño
Danilo, aunque ninguna de ellas de extremo peligro.
El
segundo periodo no registró alteraciones, los locales apretaron de
nuevo con las líneas juntas y con ataques rápidos, Izmailov olió el gol,
pero su disparó salió desviado.
Minutos después, el
lateral brasileño Sandro, un portento físico y técnico, se disfrazó de
medio creativo y colocó un pase que Moutinho aprovechó para rematar a
gol al primer toque.
Con ventaja en el marcador, Vítor
Pereira dio minutos a James, recientemente recuperado de una lesión. "El
niño maravilla" irrumpió enseguida con una acción individual que acabó
en un disparo ajustado al poste.
A pesar del gol recibido,
el Málaga continuó arrinconado sin poder mostrar un de sus principales
señas de identidad: la posesión del balón.
Pellegrini
retiró entonces al veterano Joaquín, exhausto por su duro duelo con el
brasileño Sandro, y dió entrada al joven delantero Francisco Portillo.
Los efectos del cambio apenas se sintieron, pues el Porto, irreductible físicamente, siguió sin ceder la batuta.
En
el tramo final, el brasileño Lucas Piazón sustituyó a su compatriota
Júlio Baptista -sin peso en el partido- e Ignacio Camacho reemplazó a
Iturra, que ya contaba con una amarilla.
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