A falta de menos de un mes Brasil empieza a calentar motores para albergar una de las citas más esperadas del planeta: el Mundial de Fútbol. Del 12 de junio al 13 de julio la expectativa se extiende por todo el mundo, ya hay estimaciones de lo que Brasil
va a embolsar en turismo: cerca de 3,7 millones de turistas nacionales y
extranjeros de los que se espera gastarán en ese mes 2.186 millones de
euros, según ha publicado el Ministerio de Turismo de Brasil.
De esos casi 4 millones de visitantes, 1,9 asistirán a los partidos, un reembolso económico que sólo el fútbol lo hace posible, pero no sólo mueve masas en Brasil, el poder traspasa fronteras y las cifras lo demuestran en la estimación de telespectadores que seguirán durante esos días los partidos: hasta 500 millones de espectadores se prevé que sigan los actos inaugurales el 12 de junio y hasta 1.000 millones la final el 13 de julio, según datos oficiales de la FIFA.
El fenómeno deportivo internacional ayuda a consolidar la imagen del fútbol en todo el mundo, pero la publicidad que rodea al Mundial también tiene sus riesgos.
La televisión y los mensajes publicitarios son los principales referentes de la juventud mundial y estos no siempre transmiten la información adecuada.
El fenómeno, además de deportivo, es económico. La totalidad de sponsors entre los cuales se encuentran marcas como Sony, Visa, Adidas, Coca Cola, Hyundai o Continental pagarán más de 1.026 millones de euros por patrocinar el evento.
A ello se suman los 1.895 millones de dólares por los derechos de televisión, la venta de entradas y el negocio indirecto basado en la hostelería, la restauración y los servicios. Se estima que el Mundial de Fútbol recaudará un 10% más que el Mundial de Sudáfrica a pesar de la actual crisis económica.
De esos casi 4 millones de visitantes, 1,9 asistirán a los partidos, un reembolso económico que sólo el fútbol lo hace posible, pero no sólo mueve masas en Brasil, el poder traspasa fronteras y las cifras lo demuestran en la estimación de telespectadores que seguirán durante esos días los partidos: hasta 500 millones de espectadores se prevé que sigan los actos inaugurales el 12 de junio y hasta 1.000 millones la final el 13 de julio, según datos oficiales de la FIFA.
El fenómeno deportivo internacional ayuda a consolidar la imagen del fútbol en todo el mundo, pero la publicidad que rodea al Mundial también tiene sus riesgos.
La televisión y los mensajes publicitarios son los principales referentes de la juventud mundial y estos no siempre transmiten la información adecuada.
El fenómeno, además de deportivo, es económico. La totalidad de sponsors entre los cuales se encuentran marcas como Sony, Visa, Adidas, Coca Cola, Hyundai o Continental pagarán más de 1.026 millones de euros por patrocinar el evento.
A ello se suman los 1.895 millones de dólares por los derechos de televisión, la venta de entradas y el negocio indirecto basado en la hostelería, la restauración y los servicios. Se estima que el Mundial de Fútbol recaudará un 10% más que el Mundial de Sudáfrica a pesar de la actual crisis económica.
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