Real Madrid
acabó pagando su racanería futbolística ante un Espanyol que mejora con
Javier Aguirre (2-2).
y comienza a mostrar un aspecto simplón en
una competición que siente perdida.
La
afición madridista se negaba a aceptar que la Liga era misión imposible, se aferraba el eterno espíritu de lucha de un club que nunca da nada
por perdido, desaprobó con silbidos la imagen del primer acto, exigió esfuerzo, casta y cuando la sintió en la segunda parte empujó, su equipo no sentenció y la ley del fútbol no perdona.
El
Real Madrid puede saltar al campo con la fuerza de hacer pensar en una
goleada plácida, como dejarse llevar y resucitar a cualquier rival, el
Espanyol llegaba con una mínima mejoría en resultados tras la llegada
del mexicano Javier Aguirre y una gran mejoría en cuanto a imagen, fué
más equipo en el Bernabéu.
El problema principal del
Real Madrid es la falta de fútbol, sin espacios se asfixia, le falta
movilidad, velocidad en el toque y ni juntando a Xabi Alonso, Luka
Modric y Mesut Özil el juego blanco tiene continuidad.
Sin un dominador claro en el partido, Modric dejó muestras de su
calidad, primero en una acción, con bicicleta en el regate, y un
derechazo que repelió el poste. Más acertado estuvo Sergio García, Modric
falló en la salida de balón, Verdú asistió y Sergio (31') se fue en velocidad
para superar a Casillas con un toque pegado al poste.
Era
el primer gol del Espanyol al Real Madrid en cuatro años, los silbidos
de la grada exigían una reacción inmediata y apareció Cristiano con un gol psicológico cuando se acababa la primera parte (45').
El panorama
cambió tras la bronca en el descanso de Mourinho y la entrada de Di
María por Modric, el primer balón del argentino lanzó un globo en
carrera y dibujó un recorte que sentó al rival, estaba con ganas de
reivindicarse, aparecieron los espacios y el
Espanyol se fue empequeñeciendo.
El Real Madrid obtuvo con
rapidez el premio, en el 48', Cristiano vio la entrada veloz de
Coentrao que fue más listo que la defensa, para meter el cuerpo y
rematar con su pierna derecha a gol, la remontada estaba firmada.
En
los únicos minutos decentes del Real Madrid, Arbeloa pudo sentenciar
pero Casilla sacó su potente disparo mientras Di María se exhibía en cada
contraataque, cuando le tocó definir le faltó acierto para hacer el
partido perfecto pero asistió con calidad a Ozil y Cristiano que no
encontraron el gol.
La gente ya se iba del Bernabéu cuando apareció Albín
para sacar oro de una acción de lucha y desorden en el área madridista (88') su gol refuerza el crecimiento del Espanyol y termina de enterrar al
Real Madrid.
Di María, Ozil y Morata, que controló mal
cuando se quedaba solo ante Casilla, la tuvieron en el tiempo añadido
tras un ataque a lo loco, el resultado plasma los
problemas de un equipo perdido en Liga, el Madrid se juega su
temporada a la "Champions", la conquista o su año será un
fracaso.
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