El Porto dejó encaminada la eliminatoria de cuartos de final de la
Champions League con una victoria por 3-1 sobre el Bayern Múnich gracias
a dos tantos de Quaresma (pen. 3' y 10') y uno de Martínez (65') por
los bávaros, descontó Thiago (28').
El juvenil Porto no sabe de jerarquías y empezó ganando la partida psicológica en un
Estadio do Dragao que se volvió un infierno para los visitantes.
"Recuerden esto: 1987 y 2004", rezaba la manta gigante con que la
afición recibió a sus Dragones. Tendrán una media de 25 años y, según
los datos de ESPN, una experiencia de 175 partidos disputados en la
Champions League entre los once titulares - 14 menos de los que
acumulan, nada más, Xabi Alonso y Philipp Lahm, pero también dos
títulos de Campeones de Europa en los que mirarse; el primero cosechado,
precisamente, ante el rival en turno.
Mauel Neuer, orillado por las
circunstancias, cometió un error impropio de un arquero de su
trayectoria. Jackson Martínez se había internado en el área dejando
metros atrás a Dante y Boateng y en el mano a mano, Neuer terminó por
derribarlo, la rabia del arquero era tan visible como ensordecedor el
grito de júbilo en la grada. Habían transcurrido apenas dos minutos del
encuentro y los locales se encontraban con un regalo imposible de
rechazar, con maestría, Ricardo Quaresma puso el 1-0 desde los once
pasos clavando el balón en la esquina izquierda de la portería.
La sorpresa cayó fatal al Bayern; desordenado, casi histérico, hasta
recurrió al contragolpe. El Porto, mientras, disfrutaba de manera que
cuando se cumplieron diez minutos, Quaresma había firmado ya un doblete
aprovechando el siguiente error defensivo de los de Guardiola. Dante
perdió el balón absurdamente en una zona de mucho peligro y el capitán
luso no dudó en sacar el mayor provecho para batir a Neuer por lo bajo.
El rugido del Dragao resultó ensordecedor esperaban que el equipo que
se había mantenido invicto desde enero diera pelea, incluso que se
saliera con la suya, pero no tan rápido.
Pero el Bayern también tiene un nombre que respetar y los de Guardiola
se volcaron en busca de la remontada. Presionaban y amenazaban como
fuera, había que intimidar y provocar errores y Casemiro, fue
el primero en caer en la trampa, hasta tres veces regaló oportunidades a
balón parado a un equipo donde habita Xabi Alonso. Peor aún; a un
equipo que tiene a Müller como rematador, pero en el cuadro alemán
pasaban cosas cada vez más raras y ni el histórico
goleador germano supo
atinar con el cabezazo. No veía la suya el Bayern y comenzaba a
resignarse cuando a la media hora, Thiago les devolvió la esperanza
aprovechando un error en el marcaje para rematar un centro de Boateng y
poner el 2-1 en el marcador. Porto se había quedado
con las ganas de protagonizar la masacre que había anunciado la ventaja
tempranera y Jackson Martínez era, de todos, el más ansioso por herir
de muerte al cuadro bávaro. Tanto, que lo hizo humillando a Neuer con un
golazo, el colombiano aprovechó un balón al que no llegó Boateng para
sacar al arquero, regatearlo y, rematar a puerta vacía desde un ángulo
tan cerrado que a cualquier otro con menos destreza se le habría acabado
la cancha antes de disparar. Ahí terminó el Bayern de
enloquecer, también la grada, que no dejaba de alentar a los suyos y
pitaba cada vez con más fuerza al rival. Movió fichas Guardiola para
ahogar al Porto con la presión de Rode y Badstuber, logró encerrar al
Porto en su mitad, pero nada más pues hacía rato que el joven dragón se
había encargado de fundirle las espadas.
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