River venció a Argentinos (1-2) y es uno de los líderes del Torneo Argentino cuando en la semana se juega su clasificación a la próxima
fase de la Copa Libertadores, pero llegar con este ánimo, seguro que ayuda y más, si
el triunfo llegó con un golazo de un juvenil al que el grito le era
esquivo. Boyé (66') rompió la racha y ahora los de Núñez también miran a todos
desde arriba.
Gallardo puso a varios
titulares para este partido por más que el objetivo máximo se viene el
miércoles y le dio resultado porque tanto Kranevitter, Funes Mori como
Barovero, en especial el arquero, fueron determinantes para la victoria, victoria que parecía más tranquila cuando Cavenaghi (33') definió bien un mano a mano en el arranque.
Argentinos
aguantó el aluvión y se soltó, con Ledesma tratando de hacerse eje del
juego y aprovechando que en el juego aéreo se hacían fuertes. Claro, no
contaban con la gran noche de Barovero, sólo a partir de un golazo como el de Rinaldí (57') parecían superar al arquero. Ese 1-1 sonaba letal pero River se mostró siempre vivo.
Y apareció el goleador que viene prometiendo goles pero que no los hacía. Boyé armó un gran gol (pecho y definición exquisita) para que River volviera a pensar en la punta. Con Barovero sacando otra imposible (a Gallegos)
e intentando liquidarlo de contra. Un 1-2 peleado, trabajado para River
pero justo, un triunfo que le permite llegar con otro ánimo a la fecha
que definirá su suerte en la Copa.
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