LAMENTO "GUNNER"

Al Arsenal le faltó un gol para conseguir el milagro ante el Mónaco, en el juego de vuelta de los octavos de final de la Champions League, pero los goles de visitante le permitieron al equipo francés pasar a la siguiente ronda al empatar en el global 3-3.
Fue un partido muy sufrido, los locales se defendieron con todo, pero no lograron parar en dos ocasiones a los ingleses Oliver Giroud (35') y Ramsey (78') quienes fueron los anotadores del juego.
A los pupilos de Arsene Wenger les faltó más tranquilidad al frente, ya que por la ansiedad de conseguir el tan ansiado gol del pase a la siguiente ronda dejaron ir buenas oportunidades al frente.
Punto aparte merece el portero del Mónaco, quien le atajó de gran manera un remate con la cabeza a Giroud, el cual a la postre hubiera sido el pase para los ingleses.
En la recta final los "Gunners" se fueron con todo al ataque, pero se llenaron de centros, mientras que los locales se defendieron hasta con las uñas para mantener el resultado que a final de cuenta les dio el pase a cuartos de final.
Los de Arsene Wegner acabaron sucumbiendo al desastre de la ida (1-3) y, como entonces, fallando numerosas ocasiones de gol en una falta de acierto que les deja fuera de Europa por la diferencia del valor de los goles en campo contrario.
Podrán consolarse con la satisfacción de haber marcado dos goles a una defensa que solo había recibido dos en siete encuentros y haber hecho temblar a la zaga menos batida de Europa y de Francia.
Y ganar su quinto encuentro consecutivo y mantener su serie positiva en Francia, donde nunca han perdido.
El Mónaco respiró cuando el colegiado pitó el final del encuentro y solo entonces pudo saborear la clasificación para cuartos, la primera desde 2004, año en el que con Didier Deschamps en el banquillo y Fernando Morientes en la delantera llegaron a la final.
Los "Gunners" tenían que escalar una auténtica montaña, superar un resultado adverso que ningún otro equipo había remontado en la historia de la competición.
Para lograrlo, Wenger puso toda la dinamita en el campo, Cazorla por delante de la defensa, Ozil como enganche y Giroud en la punta, respaldado por los costados por Aléxis Sánchez y Welbeck.
Asi, en el 36' les sonrió la suerte, una internada de Giroud le dejó solo ante el meta monegasco Subasic, que le ganó el mano a mano, pero el rechazo volvió a las botas del atacante que, a la segunda, encontró el camino de la red.
El Arsenal comenzó a creer en que la remontada era posible. Despues Welbeck dispuso de un buen disparo desde la medular del área, pero el balón se estrelló en el defensa Adbennour.
En el descuento, Giroud dispuso de otro balón rechazado pero en esta ocasión Subasic lo detuvo.
Ya en la segunda mitad, Ozil obligó a Subasic a una gran parada en el lanzamiento de una falta, pero en ese periodo del partido era el Mónaco el que más peligro creaba al contragolpe, un arma que dio mucho resultado en la ida pero que fue inerte en el Luis II. A la hora de juego Ozil dispuso de una buena ocasión, pero fue Ramsey, que había sustituido a Coquelin cuando Wenger decidió jugarse el todo por el todo, quien logró el tanto que hacía posible el milagro.
Una combinación entre Ozil y Sánchez permitió a Walcott estrellar el balón en el larguero y el rechazo llegó en un error defensivo a Ramsey que logró el tanto.
Esperaba un infierno de diez minutos al Mónaco, que se atrincheró en sus posiciones.
El Arsenal se lanzó a por la gesta en un final trepidante, Subasic sacó de la línea de gol un cabezazo de Giroud tras una falta magníficamente cobrada por Cazorla. El Luis II, lleno como nunca, tembló al mismo ritmo que la otrora sólida defensa de su equipo.
El Arsenal puso todo el coraje pero le faltó el orden y la calma para derribar el muro monegasco y conseguir la gesta.

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