Tras 120 minutos de un duelo trabado que finalizó 1-0 a favor del
Atlético de Madrid, en la cancha del estadio Vicente Calderón, los
colchoneros dejaron en el camino al Bayer Leverkusen, tras vencerlo en
serie de penales. Los rojiblancos se instalan en la ronda de cuartos de
final de la Champions League.
El gol llegó tras una falta lateral y varios rechazos, Cani cedió a Mario Suárez en la frontal y éste enganchó un zurdazo que batió a Leno tras tocar en Toprak. Mario, que estaba fuera del Atleti hace un par de meses, marcaría luego su penal y demostró de nuevo que su irregularidad siempre ofrece premio en los partidos grandes.
El gol no calmó al Atleti, pese a que el Leverkusen seguía demostrando que es un gran equipo entre las frontales y uno ramplón en las áreas. Mandzukic, lentísimo en un pase maestro de Arda, pareció lesionarse justo antes del descanso, pero Simeone sorprendió gastando el segundo cambio en Cani y no en él. Nada más empezar el segundo tiempo esto dio lugar a una estrambótica escena en la que, con el croata cojo, Gabi se preparó para entrar antes de que el "Cholo" le parase en el último instante. La resistencia de Mandzukic fue clave para que, Torres pudiera entrar para ser, como tantas veces, héroe.
El partido llegó a la prórroga sin que nadie ofreciera resistencia, con Koke siguiendo una vieja tradición rojiblanca, de Ibagaza a Simao, de sacar los córners cortos. En el tiempo extra se agigantó Arda,un genio de otro partido, pero no le acompañó nadie, Leno hizo un par de paradas y los penales asomaron como aparente sentencia para un Atleti extenuado. Falló Raúl García el inicial y el Calderón, por primera vez en la noche, dudó. Pero el Atletico, como el fútbol, es muchas cosas, dos de ellas imprevisible e irreductible.
Simeone apostó esta vez por la velocidad en la media en lugar de la
fuerza bruta confiando el ataque al máximo goleador del conjunto
rojiblanco, Mario Mandzukic.
Los locales intentaban por todos los medios sorprender al rival.
Desbordado, Leverkusen apenas podía contener a Koke, Arda y Cani en la
media o los ágiles movimientos de Antoine Griezmann en ataque. En el
área de Moyà, mientras tanto, todo transcurría con relativa tranquilidad
hasta que se lesionó al salir por un balón
aparentemente inofensivo; Oblak no tuvo tiempo ni de calentar antes de
ocupar su posición.
La afición recibió al esloveno con reservas, pues no imaginaban que pasado el tiempo reglamentario sacaría la casta.
Para el gol "Colchonero", Mario Suárez culminó un intento del Atlético con un disparo raso
desde fuera del área entre varios defensores que golpeó ligeramente en
Toprak antes de colarse en la portería de Leno.
Con mayor frialdad, los del "Cholo" continuaron buscando la meta
contraria. Pero los alemanes también reaccionaron cerrando aún más sus
filas en defensa y aumentando la agresividad en los balones divididos.
En ataque, sin embargo, el conjunto alemán parecía estancado.
La agresividad con que peleaban ambas escuadras no hizo más que aumentar
tras el descanso, el Atlético, en su intento por sentenciar cuanto
antes, prácticamente forzó al Bayer a encerrarse en su mitad de la
cancha y no fueron pocos los intentos del Atlético por marcar el
segundo que si no se materializaron fue por falta de puntería, ya fuera
con disparos demasiado elevados, los múltiples servicios de Griezmann
desperdiciados o, extrañamente, varias jugadas a balón parado fallidas. A poco del final del tiempo reglamentario ya era claro para ambas
escuadras que el partido se alargaría y se concentraron entonces en
administrar la energía que
les quedaba.
Aumentaron las cargas, los codazos y las patadas a destiempo, los
nervios en las áreas técnicas, especialmente en la del "Cholo", también
la intensidad con que ambas escuadras buscaban evitar los penales, pero
simplemente no fue suficiente.
Se acercaba la inevitable tanda de penales y la afición intentaba animar
al arquero suplente, Jan Oblak, que tenía ante sí la prueba más dura a
la que ha sido sometido desde su llegada el verano pasado.
Raúl García falló el primer tiro y la grada temió lo peor; pero en la
respuesta alemana, Oblak detuvo el lanzamiento de Hakan Calhanglu. Marcó
Griezmann, después Rolfes para los alemanes, Mario Suárez para el
Atlético y en el cuarto turno, Oblak detuvo a Toprak. La grada estalló
de alegría sólo para ser acallada por Leno, que hizo lo propio con Koke.
Castro anotó el segundo para los alemanes; Torres, el tercero para el
cuadro local, el estadio contuvo el aliento y se encomendó a Oblak y a la suerte, que
esta vez decidió sonreír al Atlético, cuando Kiessling le pegó fatal
para mandar el balón completamente desviado y con ello la clasificación colchonera.
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