El delantero ecuatoriano Felipe Caicedo (91') volvió a ser providencial para
el Espanyol al convertir el gol del triunfo por 1-0 ante el Celta de Vigo en el tiempo de descuento del encuentro disputado en Cornellá.
Al anfitrión, con dos
derrotas seguidas en Liga, se le notaban las ganas de convencer, tenía
más ritmo, más control del balón y más ocasiones, como un disparo raso
de Sergio García, el tiro cruzado acabó saliendo por la
línea de fondo. El Celta jugaba al toque, sin pegada para amenazar al
portero Kiko Casilla, todo lo contrario que el Espanyol, si Cabral
no hubiera cortado un centro de Abraham, con los puntas al acecho, el
1-0 hubiera subido al marcador a los veinte minutos.
La iniciativa,
liderada por Sergio García, era solo blanquiazul aunque no logró
desequilibrar el marcador. Nolito se erigió como la respuesta
gallega, el mejor, y casi el único protagonista, de un tridente atacante
con el chileno Orellana y el argentino Larrivey, bien marcado por
Álvaro, que, hasta ahora, es una de las grandes bazas del bloque. De
todos modos, todas las incursiones del gaditano fueron invalidadas por
fuera de juego, justo en la reanudación, ambos equipos dispusieron
de opciones claras, la primera, del Espanyol., un latigazo del uruguayo
Stuani desde el punto de penal, desviado, la del Celta fue mejor:
Casilla desvió el tiro de Larrivey y Orellana no pudo firmar el 0-1 en
el rechazo. Fuentes la despejó y acabó con los nervios de la grada. Los
del "Toto" Berizzo habían mejorado su rendimiento ofensivo y llegaban
con más facilidad, el duelo era otro, más intenso y equilibrado. Las
ocasiones estaban repartidas, seguían Stuani y Larrivey, aunque los
blanquiazules disfrutaban ligeramente de más dominio del balón. En el 75'
entró Caicedo para aprovecharlo y buscar la primera diana, la
aparición del ecuatoriano tuvo un resultado inmediato, el ariete empujó a
la defensa, desgastada, y elevó el peligro, de sus botas nació una
asistencia a Sergio García, que obligó a Sergio Álvarez a desviar la
pelota al larguero, era el mejor momento del Espanyol.
Por
su parte, el Celta esperaba atrás, de hecho, cuando restaban siete
minutos para el final apostó por alinear a un quinto central, Sergi
Gómez, sus intenciones, y más tras ocho partidos sin ganar, eran claras.
Los catalanes intentaban desactivar el cerrojo con pases interiores
cada vez más complejos, el acoso era total. Y, de nuevo, surgió
Caicedo, el delantero, en racha, se llevó el premio, el nuevo
héroe de la afición perica, eliminó al Valencia de la Copa con un
doblete, resolvió el laberinto. Sergio García cabeceó un centro de Lucas
Vázquez y el balón rebotó en Cabral, ahí estaba el ariete para poner el 1-0
final.
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