HAT TRICK DE YARMOLENKO SOSTIENE A UCRANIA

El acierto del atacante Andrej Yarmolenko, que firmó un hat trick (33', 53' y 56'), iluminó en Luxemburgo a Ucrania, que sacó los tres puntos del compromiso para mantenerse firme en la carrera por la clasificación hacia la Eurocopa 2016.
Ucrania cumplió y sacó los tres puntos, el conjunto que entrena Mijailo Fomenko no cede sigue en la puja con Eslovaquia y España. Salió airoso del compromiso en el estadio Josy Barthel para reafirmar su condición de candidato y afrontar con perspectiva los duelos más comprometidos, con el pase ya en juego.
Ucrania dominó el partido de arriba a abajo pero tal fue su ímpetu en marcar que desprotegió su zaga y

concedió ocasiones claras y arriesgadas para su adversario,  tuvo dos inmejorables, David Turpel, que se plantó solo ante la meta visitante en sendos contraataques que finalizó de mala manera. A Ucrania solo le faltaba puntería, hasta que la encontró Yarmolenko, el atacante del Dinamo Kiev acabó con la resistencia local pasada la media hora, cuando aprovechó un rechazo precedente de un barullo dentro del área para batir a Jonathan Joubert y adelantar a Ucrania.
El delantero pudo ampliar su registro de forma inmediata cuando se situó delante de Joubert pero lanzó el balón fuera.
Ucrania aprovechó el inicio de la segunda parte para sentenciar el partido, en tres minutos dejó la tarea realizada, en ello tuvo mucho que ver Yarmolenko, el jugador del Dinamo Kiev anotó el segundo con un lanzamiento con rosca desde dentro del área, a la derecha del portero local y tres más tarde, otro tiro lejano, que superó a Joubert, supuso el tercero de Yarmolenko, en plena racha, que elevó a dieciocho su número de goles con la camiseta ucraniana.
El partido se rompió del todo, el cuadro de Luc Holtz enterró su disciplina en busca de un tanto para acortar las diferencias y lo pudo lograr con un lanzamiento de Daniel Da Mota que repelió el palo, con Andriy Pyatov batido, después bajó su ímpetu y el de Ucrania también los cambios al final terminaron por dejar el choque sin ritmo, con el marcador sentenciado y la mente orientada a enfrentamientos venideros.