Espanyol y Málaga demostraron por que andan de capa caida, tras un partido aburrido en el que apenas valió la pena contemplar
los últimos diez minutos de la primera mitad, cuando los "periquitos"
tuvieron tres ocasiones claras a las que respondió el Málaga con otras
dos no menos evidentes, nadie marcó y el 0-0 condenó a ambos a la más absoluta mediocridad.
El Espanyol de Javier Aguirre, no mejoró
su juego respecto al pasado sábado en el campo del Levante, la intensidad de su juego apareció por última vez en su
máxima expresión la noche en que derrotó al Atlético de Madrid en este
mismo escenario pero a partir de ahí se dá por desaparecida.
Si en Valencia no se vio por ningún lado, ante el Málaga fue una
repetición decepcionante, sorprendió otra vez el Vasco colocando en el
once inicial a Jhon Córdoba, el colombiano fue de lo
mejor del equipo pero el entrenador en una muy discutible
decisión lo sacó del campo en el descanso.
Quien estuvo todo el partido fue Sergio García, quien mostró su lentitud y su poco tino a los 86' en dos ocasiones meridianas
que habrían por lo menos ocultado las limitaciones de un Espanyol en el
que Héctor Moreno jugó los 90 minutos sin ningún problema.
Del Málaga no hay mucho que comentar, el equipo de Schuster evidenció una idea de
juego más clara, llevó el peso del partido, buscó más la profundidad y
acabó rendido a su mala puntería.
Roque Santa Cruz falló un gol cantado enviando el balón al larguero
cuando tenía toda la portería para él y pensó que acabaría mostrando en
el marcador su superioridad futbolística, pero acabó contagiándose del
depresivo juego del Espanyol.
Empatados a nada, el Espanyol acudirá el viernes al derbi con la
necesidad de cambiar sus sensaciones. Para el Málaga, que llegó a
Cornella después de tres derrotas consecutivas, el empate fue un mínimo
balón de oxígeno pero se le exigirá una clara mejoría el fin de semana
ante el Betis sino quiere verse en puestos de descenso.
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