KAKÁ DEBUTA EN AGÓNICO EMPATE DEL MILAN

El Milan, con Kaká como titular aunque fue sustituido a 20 minutos del final, esquivó en el tiempo añadido su segunda derrota en tres partidos, para empatarle 2-2 al Torino, de visitante, en uno de los duelos adelantados de la 3ª fecha de la Serie A.
En cinco minutos, el equipo dirigido por Allegri equilibró una desventaja de dos goles, rubricada con un penal transformado por Mario Balotelli en el tiempo añadido.
La bronca del equipo local fue que su DT le pidió al cuarto árbitro, en el final, realizar un cambio, pero no le hicieron caso y en esa última jugada cometieron penal, luego convertido por Balotelli.
Pésima imagen la ofrecida por un Milan sin alma, que se plantó en Turín pensando más en el partido del miércoles ante el Celtic que en conseguir los tres puntos, las bajas en defensa de Abate y De Sciglio resultaron decisivas, tanto en la defensa, con un Zaccardo absolutamente perdido durante los 90 minutos, como en la ofensiva, sin ninguna llegada sobre la línea de fondo, pese a todo, los milanistas lograron sacar un punto que parecía perdido en los seis minutos finales.
En el primer tiempo, el conjunto dirigido por Massimiliano Allegri no logró trenzar jugadas ofensivas que llevaran peligro sobre la portería de Padelli, con Montolivo llevando la manija, pero un tanto desdibujado, con Kaká intentando ganarse la confianza del técnico sin que le saliera ninguna jugada de precisión y con un Robinho absolutamente desaparecido, los rossoneri sólo tuvieron en Balotelli, siempre presente, para hacer daño a un Torino bien plantado en defensa y peligroso en los contraataques.
El segundo tiempo fue un calco exacto del primero, con el Milan dominando el balón, pero sin llegar con peligro al área rival y con los locales siempre preparados para salir rápido al ataque, la única diferencia fue que el Torino no perdonó las oportunidades, en el 48', D'Ambrosio aprovechó un centro al área pequeña para fusilar a Abbiati y hacer explotar el Olímpico.
Con el Milan volcado, ya sin un Kaká exhausto en el terreno de juego, el equipo de Giampiero Ventura asestó el golpe mortal en un contraataque perfecto llevado por Immobile, el italiano asistió para Cerci que, absolutamente sólo y entrando en carrera por el lado izquierdo del área, batió al guardameta milanista poniendo un 2-0 que prácticamente mataba a los visitantes.
En el 88', sin embargo, el Milan logró, de forma un tanto surrealista, el 2-1 que le volvía a situar dentro del partido, Muntari aprovecharía un error en la salida de Padelli para disparar, de forma sueva, rasa y con un efecto estraño en el bote, un balón que acabaría despistando al portero local, un gol que le daría vida al conjunto de Allegri y que sería clave para el arreón final y practicamente en la última jugada, Poli provocó un claro penal que Balotelli, con su habitual tranquilidad, endosó en el fondo de las mallas.
El mal sabor de boca dejado por el juego se vio hoy neutralizado por una remontada en el tramo final que, pese a haberse sucedido, debería hacer reflexionar al técnico y a los jugadores, el Milan no mereció el empate pero lo logró.

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