No caben dudas de que el local mereció el triunfo, puesto que jugó un buen fútbol, hizo el gasto y fue muy superior, el Giglio merecía una victoria con un resultado más amplio, si bien hubo un momento en el que la visita se mostró con peligro y amenazó pasar en ventaja.
Sin embargo, Palermo aguantaba con atención y mucho corazón en ese momento y, en la primera media hora, por tres veces estuvo cerca de anotar, con un derechazo cruzado de Kurtic, que se perdió por el fondo rozando el palo a su izquierda, y dos cabezasos de Muñoz, ambos en jugada de tiro de esquina.
De todas maneras fueron llamaradas, mientras que el control del trámite estuvo siempre en los pies del local, así como las mejores ocasiones, el 1 a 0 llegó en el 41', y nació con una gran jugada por derecha, Borja Valero pudo un cuchillazo brillante, Cuadrado un centro bajo y fuerte, Toni no llegó por centímetros pero tuvo la suerte de que Muñoz despejara justo encima suyo, con el balón que pegó en su pierna y se metió adentro.
El complemento se jugó bajo una lluvia torrencial, un temporal como raras veces se vió en la ciudad toscana, el clima parecía hacer el juego de Palermo, pero en realidad el 1 a 0 ya había liquidado cada esperanza que quedaba en los corazones sicilianos, el Giglio siguió haciendo el gasto y estuvo muy cerca del 2 a 0 con una jugada muy parecida a la del primer gol, sólo que esta vez Cuadrado tocó hacia atrás mientras que Toni cortó hacia el prime palo, desperdiciando la chance.
Por el resto no pasó mucho más: la cancha pesada indujo a los violetas a controlar el desafío con calma, sin arriesgar nada, de esta manera, condenaron al descenso a Palermo y se aseguraron matematicamente la clasificación a la Europa League.
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