Álvaro Morata disfrutó de su gran oportunidad, sin Higuaín, sancionado, Mourinho decidió dar un tirón de orejas a Benzema, los dos nueves quedaron señalados ante el Manchester United y el beneficiado fue el canterano, no lo desaprovechó, el primer balón que tocó, cuando se llegaba al tercer minuto de juego, lo mandó a la red tras una jugada de Özil con pase atrás.
El Real Madrid atropelló al Rayo de inicio, Kaká disfrutaba de uno de esos partidos en los que sabe brillar, con más sitio para correr, sin marcajes férreos, perdonó el segundo a los seis minutos y a los trece marcó Sergio Ramos, a balón parado, cabeceando con potencia pese a ser agarrado en claro penal de Javi Fuego, de golpe se convirtió en protagonista el capitán del Real Madrid, en un solo minuto se fue a la ducha, una falta a Baptistao y en la siguiente jugada una mano que cortó un centro.
El Real Madrid tenía por delante 73 minutos en inferioridad numérica y mucho cansancio acumulado en sus piernas.
La expulsión de Ramos cambió el partido, Mourinho retiró a Morata y dió entrada a Raúl Albiol para recomponer la defensa, el Real Madrid se limitó a defender la ventaja y el Rayo Vallecano se hizo dueño del balón, aunque con muy poco peligro ante la portería rival.
La mejor oportunidad del
Rayo la tuvo Roberto Trashorras al final de la primera parte, pero su
disparo se marchó alto sobre la portería de Diego López, que vivió un
segundo tiempo bastante cómodo, y el Real Madrid acabó celebrando la
victoria.
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