El Chelsea ganó con contundencia al Wigan (18º) con un tanto del
brasileño Ramirez, que abrió el marcador en el minuto 23, el belga Eden Hazard, ya en la segunda parte, amplió la ventaja (56') y dos minutos después el escocés Shaun Maloney redujo diferencias (58').
Al filo de la conclusión, el inglés Frank Lampard (86') cerró el partido
con el tercer gol de los locales, tras lo cual el alemán Marko Marin
redondeó la victoria (90').
Los del español Roberto Martínez saltaron al césped
londinense convencidos de que podían dar la sorpresa ante el tercer
clasificado y llegaron a poner en aprietos a los locales en los primeros
minutos.
El primer aviso de que en la liga inglesa no hay
rival menor lo dió el delantero argentino Franco Di Santo, que obligó
al guardameta Petr Cech a atajar un disparo que habría echado por tierra
los planes de Benítez.
A medida que pasaban los minutos, el Chelsea se asentaba en el campo y,
sobre todo, el español Fernando Torres comenzaba a adquirir confianza y
se mostraba especialmente activo en el ataque.
Antes del minuto veinte, el Niño había fabricado ya dos oportunidades
que habían metido el miedo en el cuerpo a los visitantes, y en el minuto
23 dió el pase final del gol que ponía por delante a los Blues.
El brasileño David Luiz metió un balón desde el centro el campo hacia
Torres, que en lugar de girarse y encarar el área rival, vio por el
costado derecho a su compañero Ramires en carrera y, sin pensarlo, al
primer toque, cruzó una diagonal que habilitó al también brasileño para
batir al arquero omaní Ali Al Habsi.
Los Blues dominaban el juego en la segunda parte, pero Benítez no
estaba tranquilo en el banquillo, no en vano, el técnico español ya
advirtió esta semana a los suyos de que no podían permitirse nuevos
errores en defensa como los que propiciaron que el Newcastle remontara
la última jornada un encuentro que el Chelsea ya tenía en el bolsillo
(3-2).
Así las cosas, el belga Eden Hazard pareció
sentenciar el duelo a los diez minutos del segundo tiempo al rematar una
asistencia desde la derecha del español César Azpilicueta, pero una vez
más los de Benítez se confiaron en exceso al verse dos goles por
delante y la defensa volvió a cometer uno de esos fallos que les ha
costado varios puntos esta temporada.
Apenas tres minutos
después, uno de los jugadores más letales del Wigan, el escocés Shaun
Maloney, encontró un hueco entre la defensa en línea del Chelsea, que se
quedó clavada en la hierba, para recoger un balón largo que había
perdido Hazard en el área de Cech y resolver ante el guardameta checo.
La tranquilidad final para el Chelesa la logró el inglés Frank Lampard a
cuatro minutos para el final, cuando colocó desde fuera del área el
tercer gol de la tarde.
Con el 90 cumplido y el Wigan rendido ante la evidencia de la derrota,
los locales todavía ampliaron su ventaja con un tanto de cabeza del
alemán Marko Marin, de nuevo a pase de Azpilicueta.
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