ZARAGOZA TRIUNFA EN VALLECAS

El Rayo cayó sin atenuantes ante el real Zaragoza (0-2) aunque al principio hizo honor a su condición de local y desde el primer minuto salió decidido con un estilo de juego muy ofensivo, con intención de controlar el balón y abrir el campo, al Zaragoza le costó tiempo entrar en la dinámica del encuentro, la primera ocasión de peligro del partido llegó a los 14 minutos para el cuadro visitante, que pudo adelantarse con un remate cruzado de Paco Montañés ante la salida del portero David Cobeño que en línea de gol sacó Jordi Amat, esa acción permitió al Zaragoza coger confianza y, poco a poco, ir ganando metros al área del Rayo, gozando de la segunda ocasión tres minutos después con un remate de Helder Postiga que atrapó Cobeño. A la tercera fue la vencida para los visitantes, que marcaron el primero por medio del argentino Franco Zuculini (21'), que, dentro del área tras un pase de Movilla, cruzó el balón ante Cobeño, el gol le hizo daño al Rayo, que, aunque por momentos controlaba la posesión y llevaba la iniciativa, no llegaba a puerta.
Un cabezazo del brasileño Leo Baptistao por encima del larguero, a los 28 minutos, y un remate del argentino "Chori" Domínguez, que sacó Pinter a córner un minuto después, fueron todo su bagaje en cuanto a ocasiones en la primera mitad.
Tras la reanudación, el Rayo salió con más desición que su rival, aunque volvió a ofrecer poca pegada en los últimos metros, un disparo de Roberto Trashorras que se marchó ligeramente desviado levantó los ánimos de la afición de Vallecas a los 54 minutos, que se fueron diluyendo según pasaba el tiempo y su equipo seguía sin empatar, a los 60 minutos Apoño recogió un balón en segunda línea y su disparo seco, ajustado al palo derecho, entró en la portería de Cobeño y decretó el segundo, la reacción del técnico rayista Paco Jémez fue la de dar entrada a dos delanteros, el montenegrino Andrija Delibasic y el danés Nicki Bille, pero ninguno de los dos supuso la revolución esperada para el ataque local.
Los últimos minutos de partido mostraron a un Zaragoza muy sólido, sin perder la posición, que solo tuvo que esperar a que la impaciencia del Rayo provocara errores en la medular para buscar salidas a la contra.

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