El Corinthians brasileño se proclamó campeón del Mundial de Clubes, sucediendo al Barcelona, tras ganar al inglés Chelsea (1-0) en
un encuentro muy igualado y emocionante en el que un solitario tanto
del peruano Guerrero hundió a un conjunto europeo sin suerte.
El
respetuoso y silencioso público que habitualmente puebla las gradas del
estadio nipón dió paso a los ensordecedores cánticos de la "torcida"
paulista, que en ningún momento dejó de animar a su equipo, creando un
ambiente digno de una final.
El técnico madrileño del Chelsea, Rafa
Benítez, dió la sorpresa alineando al veterano Frank Lampard, recién
salido de una lesión, en el centro del campo junto al brasileño Ramires,
y ambos no tardaron en cogerle el pulso al partido y comenzar a mover
al "Timao".
Los
brasileños confiaban sus opciones a los contragolpes de la peligrosa
dupla formada por Emerson y Guerrero, mientras que el Chelsea explotaba
sus bandas e intentaba combinaciones imposibles entre Torres, Mata y el
habilidoso Hazard, que junto a Cole fue un puñal por la izquierda.A
una buena ocasión del nigeriano Moses, algo lento, respondió en el
minuto 35 el peruano Guerrero que, en apenas un palmo de terreno, tuvo
tiempo para controlar en el área, darse la vuelta y realizar un disparo
que, en el rebote, cayó en los pies de Emerson, que reventó al poste.
El
encuentro se tornó vertiginoso con ocasiones en ambas porterías, tres
de ellas muy claras para el Chelsea, una a cargo de Torres tras realizar
un control acrobático en carrera, una parada imposible de Cassio tras
tiro colocado de Moses y un misil de Mata desde la frontal bloqueado por
el seguro guardameta brasileño.
Corinthians no solo
llegaba vivo al final de la primera parte sino que logró romper el
encuentro y darle a los minutos finales un ritmo de infarto.
Para la segunda etapa, la grada
rugía con fuerza transformando Yokohama en Sao Paulo y contagiando al
equipo, que jugó con descaro y decisión sembrando de dudas el juego de
los de Rafa Benítez.
Hasta el minuto 69, cuando en el
enésimo intento de los brasileños, Danilo recortó con clase en el área y
su disparo se envenenó y cayó en la cabeza de Guerrero, que remató a
la red sin oposición ante el delirio de los hinchas paulistas.
Tras
el gol, el Corinthians se encerró en su área para intentar aguantar el
marcador, el Chelsea apretó con fuerza y Torres tuvo el empate, en un
remate a bocajarro que enmudeció al estadio y milagrosamente detuvo
Cassio cuando ya se cantaba el gol.
Con los nervios a flor
de piel, Cahill fue expulsado en el último minuto con roja directa tras
una fea entrada. Ya el tiempo cumplido el juez de linea acertó al anular un
tanto de cabeza a Torres, en la última ocasión antes de que el colegiado
pitara el final y el "Timao" comenzara su particular fiesta en el
césped.
Con la victoria, Corinthians se convierte en el
"mejor equipo del mundo" y alza su segundo título del Mundial de Clubes,
tras el logrado en Brasil en el año 2000, igualando al Barcelona como
equipo más laureado de la competición desde que se le dió esta
denominación.
Chelsea, por su parte, fue incapaz de
terminar con "la maldición brasileña" en este campeonato, en el que
ningún equipo inglés ha podido ganar nunca a uno brasileño.
Los
paulistas además rompen la hegemonía europea en este torneo que, en las
últimas cinco ocasiones había sido levantado por un conjunto del Viejo
Continente.
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