El Manchester City no pudo pasar del empate a cero a domicilio en la décima jornada de la Premier League
ante el West Ham, que hizo valer su seguridad defensiva y su presión
adelantada.
Los Citizens desaprovecharon con el empate la
opción de superar en la tabla al Chelsea, que hoy cedió el liderato de
la Premier, y quedan terceros en la tabla con 22 puntos, uno menos que
los Blues y dos por detrás del nuevo líder, el Manchester United.
Los visitantes habían saltado al campo
con la confianza de que su poderoso ataque, con el italiano Mario
Balotelli, el argentino Carlos Tévez y el bosnio Edin Dzeko, acabaría
por imponerse a la defensa del West Ham por su calidad técnica.
La presión avanzada de los de Sam Allardyce puso en duda esa tesis, sin
embargo, desde los primeros minutos, cuando quedó claro que los
Citizens no encontrarían facilidades para alcanzar el área del veterano
arquero finlandés Jussi Jääskeläinen.
La ausencia del
español David Silva, que sigue con molestias por la lesión muscular que
sufrió en un encuentro internacional con la selección española ante
Francia, no hacía más que agravar los problemas que sufrían los de
Mancini para organizar su ataque.
El técnico italiano,
además, decidió una vez más dar descanso de inicio a su principal
estrella, el argentino Sergio Kun Agüero, en previsión del encuentro de
Liga de Campeones del próximo martes frente al Ajax, quizás la última
opción del City de seguir vivo en la máxima competición continental.
Ante las dificultades para trenzar ataques, la primera línea
visitante se veía obligada a retroceder para buscar balones a su propio
campo.
Desde el inicio, las armas de los Citizens, con el
francés Samir Nasri repartiendo el juego, se demostraron insuficientes
para superar el reto que planteaba un West Ham que aspiraba a rozar las
posiciones europeas de la tabla con una victoria.
El
empate era, aún así, un resultado adecuado para los locales ante los
actuales campeones de la Premier, por lo que el técnico Allardycem
parecía satisfecho en el banquillo ante la incomodidad que estaban
creando los suyos en los Citizens.
El inglés Gareth Barry
tuvo en sus botines la ocasión para decantar el duelo a favor de los
visitantes cerca del minuto 70, pero falló ante el portero, y Mancini,
con la paciencia ya agotada, decidió sacar del campo a Balotelli para
dar entrada al Kun a veinte minutos para el final.
A pesar
de sus esfuerzos, el ex atacante del Atlético de Madrid no pudo hacer en
ese tiempo lo que sus compañeros no habían logrado en el resto del
duelo.
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