Gracias al único gol del partido, anotado por Vladimir Weiss, Pescara
le ganó de local a Palermo en el estadio Adriático por 1 a 0, en uno de
los enfrentamientos de la quinta jornada de la Serie A.
De esta manera, el Delfino se trepó momentáneamente al onceavo
escalón de la clasificación, que comparte con otros cuatro equipos,
todos con 4 puntos, mientras que los rosanegros se quedaron con una
unidad y en la espera de que juegue Siena se ubican antepenúltimos.
No fue un resultado justo, porque los sicilianos fueron más y
merecían cuanto menos el empate, considerando también que jugaron por
casi una hora con hombre de menos.
Al minuto 35 llegó el episodio que cambió el encuentro: Caprari, la
figura del match por fantasía y sacrificio (enorme su ayuda en fase
defensiva, por todos los 90 minutos), inventó un buen pase para Vukusic y
el delantero, con un buen control, lo estaba por gambetear a Von
Bergen, de no ser que el defensor se llevó el balón con un claro toque
de mano, que pareció también voluntario.
El referí vió la falta, cobró y claramente echó al rosanegro, dejando
así a Palermo con un hombre menos. A pesar de la inferioridad numérica, el
conjunto de Gasperini no se dedicó sólo a la defensa sino que buscó
también algo de fortuna en ataque, amenazando la defensa local en un par
de ocasiones.
Así, al minuto 42, Weiss recibió por izquierda, a unos cinco
metros desde el área, se la llevó horizontalmente hacia la derecha y
desde una zona bastante central sacudió un potente disparo que no le dejó
chances al portero, quien vió entrar el esférico a toda velocidad abajo
del travesaño a su izquierda.
Es el segundo partido consecutivo que Palermo pierde sobre el final
y, a pesar de haber jugado mejor en este encuentro y de tener la
"excusa" de la expulsión, el resultado final dice
que los sicilianos perdieron en la cancha más fácil de la Primera
italiana, lo que significa ser candidatos al descenso.
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