Treinta goles ha marcado el tridente ofensivo más aterrador de la Champions League. Y entre Sadio Mané y Roberto Firmino destaca el as del Liverpool: Mohamed Salah y sus 11 goles.
En
el último encuentro contra una Roma que eliminó en un partido heroíco
al Barcelona de Messi, Salah demostró por qué muchos opinan que, en este
momento, es el mejor del mundo.
Liverpool le encajó cinco goles a la Roma en Anfield, y el faraón del estadio se las ingenió para marcar dos de ellos y otras dos asistencias para los tantos de Mané y Firmino.
El mundo se volvió loco. La última transferencia del jugador egipcio fue, precisamente, desde la Roma al equipo inglés por US$ 51 millones en julio de 2017, cuando su valor de mercado era de US$ 43 millones.
Según
Transfermarkt, la última valorización, correspondiente a enero de este
año, le ponía un precio de US$ 100 millones a la cabeza del futbolista.
No sorprendería que para cuando se abra el mercado de pases veamos esa
cifra duplicada.
La
razón se encuentra en su efectividad. El delantero de 25 años ha
marcado 42 goles solo en sus primeros 47 partidos con los Reds, casi el
triple de los que hizo con la Roma en la misma cantidad de encuentros.
Regulaciones. Liverpool nunca caminará sola, y esta vez la cruz que lo acompañó fue el control financiero de la UEFA.
Ramón
Rodríguez, mejor conocido como 'Monchi', es el director deportivo de la
Roma, y para poder superar los controles, el equipo se vio obligado a
vender a Mohamed Salah.
"Teníamos
que venderle sí o sí antes del 30 de junio para cumplir con el control
financiero de la UEFA. No teníamos otra solución porque él se quería ir y
nosotros estábamos obligados a venderlo. Fueron algo más de 42 millones
(de euros)", explicó.
Curiosamente, Monchi antes ofreció a Salah al Real Madrid.
Zinedine Zidane, entrenador del cuadro merengue, no aceptó porque
consideró que no sumaba en su plantilla. El pececito dorado, hoy
candidato fijo al Balón de Oro de este año, se les escapó cuando su
precio aún era bastante módico: US$ 51 millones.
Florentino
Pérez, presidente del Real Madrid, no se lo cree y pretende convertir
en 'galáctico' al jugador egipcio a como dé lugar.
Por
el momento han ofrecido US$ 170 millones por Salah. Y no contentos con
eso, suman el traspaso de Dani Ceballos, jugador que le sienta bien al
técnico del Liverpool, Jürgen Klopp. Sin embargo, si los ingleses no
aceptan, elevarían la propuesta hasta superar los US$ 240 millones, según el Diario Gol.
El
fervor que el mundo futbolístico le tiene al jugador no solo se refleja
en los millones que le ofrecen, sino en la afición que despierta entre
sus seguidores.
La
religión consiste una parte fundamental de su vida. Musulmán de
corazón, Salah puede que haya llevado el deporte como un medio de
evangelización, pues los hinchas ingleses han compuesto un cántico en
donde aseguran que se convertirán al Islam si el africano continúa
marcando goles.
Este cariño no solo llega desde la ciudad de los Beatles. En Egipto la gente lo quiere volver presidente.
De hecho, en las últimas elecciones recibió cerca de un millón de votos
sin siquiera postular. ¿Cómo? Pues muchos ciudadanos decidieron tachar
el nombre de los candidatos y escribir el de Salah en su lugar.
Y no es para menos, pues de la mano de su estrella lograron clasificar al Mundial Rusia 2018 después de 28 años de ausencia. Y en el Perú sabemos muy bien la euforia que genera una alegría como esta.
Casado
y padre de una pequeña muchacha, Salah nunca olvidó sus raíces. Si bien
sus compatriotas le guarda bastante cariño, el futbolista les
corresponde desde su propia esquina.
El 15 de junio de 1992 Salah nació en Nagrig, un pueblo ubicado en las afueras de El Cairo,
a 130 km de la ciudad. A pesar de no destacar en el colegio, siempre
vivió apasionado por el fútbol y el deporte le abrió las puertas del
mundo.
Debutó
con solo 17 años en la primera división egipcia y tres años después
cruzó el Mediterráneo para jugar en el Basilea suizo.
Poco
a poco fue acercándose al Atlántico, primero por Italia y ahora en
Inglaterra. No obstante, el premio mayor no lo cosechó en las canchas,
sino en su pueblo natal, cuando inició la construcción de un hospital y una escuela para su gente hace unas semanas, según el diario español As.
No
satisfecho, el jugador compró una ambulancia y equipo médico para
atender a los pacientes de Nagrig. Además, invierte US$ 5,000 mensuales
para alimentar a las familias más necesitadas de su ciudad. Como suelen
decir: un jugador completo.
Texto: Manuel Patiño - Diario Gestión
No hay comentarios.:
Publicar un comentario