Sinfonía culé en la "Casa Blanca", el Barça arrolló sin piedad a un Real Madrid sin criterio, partido, sin ideas e inconexo, mientras que el blaugrana mostró un juego cautivador y estilista. Dominó el cuadro azulgrana de principio a fin y en cada línea; empezando
por el centro del campo en que Andrés Iniesta fue el maestro de
ceremonias junto a Busquets y Rakitic, recuperado a tiempo de su lesión
para disputar el partido más importante del año.
Fue ese dominio absoluto de los catalanes lo que puso a Madrid contra las cuerdas desde el primer minuto. El
primero en aprovecharlo fue Luis Suárez (11'), abusando de una defensa
desordenada y temerosa, el
uruguayo abrió el marcador con una sencillez brutal. Sergi
Roberto lo vio bien colocado y le puso un pase inmejorable, el uruguayo,
con campo abierto, fusiló a Keylor con un disparo cruzado al ras de
suelo para abrir el marcador y dejar retratada a la defensa de Benítez. De
Marcelo y Danilo ni rastro, Ramos, perdido en el centro, llegó tarde
para impedirlo. Varane, ni siquiera lo intentó. Madrid,
más que presionar, esperaba el movimiento del Barça para actuar, perseguía el balón, en lugar de anticiparse y si la fortuna les
permitía hacerse con el balón lo perdían a los dos toques. Imprecisos,
nerviosos, se veían consumidos por sus propios errores, pocas
veces estuvo Claudio Bravo en peligro. En cambio, Keylor Navas pasó la
peor tarde desde que llegó a Madrid pues Neymar no paraba de buscar el
suyo.
El brasileño, Pichichi de la Liga, se lo fabricó al quinto
intento, con total desparpajo se comió a la defensa que ni lo vio venir.
Ramos, preocupado por cubrir a Luis Suárez lo habilitó para recibir un
pase de Iniesta a la izquierda, cuando Varane quiso reaccionar ya era
demasiado tarde. Neymar (39'), como si Navas no
existiera, ya había puesto el
balón en la red y el 2-0 en el marcador.
Y llegaron los
gritos de la afición pidiendo la cabeza del presidente del Real Madrid, resonaba la rechifla a Piqué cada
vez que tocaba el balón - que no fue muy seguido, pues el Madrid apenas
logró pisar el área - hasta que Andrés Iniesta (53'), con el tercero,
silenció a la grada. Neymar devolvió el favor al capitán con un pase de
taco, Iniesta, que venía corriendo desde atrás, remató de primera. Madrid ya estaba acabado cuando Messi hizo su aparición en la cancha con poco más de media hora por jugars. La
angustia en la grada llegó a su máximo y también en el banquillo
merengue, donde Benítez apuró los cambios, refrescó con Isco, que tomó
el puesto de un James irreconocible e intentó reforzar a la defensa con Dani Carvajal,
que entró por Marcelo. Demasiado tarde,
Barcelona ya resultaba
incontenible aún sin Messi. Barcelona dio la estocada
final con una demostración de pura calidad y esta vez a contragolpe.
Luis Suárez (74') llegaba como una flecha, Messi le dejó el balón entre dos
defensas en el borde del área y el uruguayo batió a Keylor, que había
salido a achicar, con agilidad. Fue tal la frustración merengue,
sobre todo con Neymar, que Isco intentó frenarlo con una falta en el muslo que le costó la roja a cinco minutos del final. Esa
misma impotencia se vio reflejada en la afición local, la cual despidió a
su equipo con silbidos ahogados por un himno madrileño a todo volumen.
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