La crisis del Chelsea parece no tener fin tras perder el
derbi londinense ante el West Ham (2-1). Es la quinta derrota del
campeón inglés, que cae al 15º lugar con apenas 11 puntos en las 10
jornadas disputadas de la Premier League.
La primera parte del partido fue muy polémica ya que hubo un gol fantasma no concedido, a Cesc se le anuló un gol por un fuera de juego muy discutible, Nemanja Matic vio la roja por dos entradas casi consecutivas y tanto Silvino Louro, preparador de porteros, como el propio José Mourinho, éste en el descanso, fueron expulsados por protestar.
El West Ham se adelantó en el marcador con un rápido gol de Mauro Zárate (17'), Diego Costa despejó mal un córner y el argentino fusiló
con un disparo por raso. El Chelsea no dio síntomas de reacción hasta la
media hora debido a su escasa productividad y llegadas al área de un
inactivo Adrián.
Pero de ahí al descanso se sucedieron varias acciones polémicas
que motivaron las sucesivas expulsiones de, por este orden, de Matic,
Silvino Louro y el propio Mourinho. primero, Kurt Zouma cabeceó un
córner y Manuel Lanzini, tras tocar el balón con el pecho, lo sacó bajo
palos. El árbitro no concedió el gol fantasma a favor del Chelsea ya
que, por milímetros, la tecnología dictaminó que el balón no acabó de traspasar la línea.
El propio Lanzini tuvo acto seguido el 2-0 pero, solo ante Asmir
Begovic, picó el balón por encima del larguero antes de que se produjera otra jugada polémica. Cesc recibió de Willian y marcó con un disparo cruzado, pero su gol fue anulado por un fuera de juego.
Las imágenes demuestran que el exazulgrana arrancó en línea con la
defensa, Mourinho se levantó del banquillo y protestó al cuarto árbitro.
Aún antes del descanso Matic, que había visto una tarjeta por una falta a Cheikhou Kouyaté se ganó la roja al serle mostrada otra por agarrar a Diafra Sakho,
Mou sonrió irónicamente en la banda, Cesc y Diego Costa vieron amarilla
por protestar y Silvino, preparador de porteros, fue expulsado.
Durante el descanso Mourinho también expresó su descontento al
árbitro por sus decisiones y en la segunda parte siguió el partido desde
la grada. El portugués sacrificó a Cesc tras la roja a Matic y lo dejó
en la banca para dar entrada a John Obi Mikel. Rui Faría quedó en el banquillo como el encargado de transmitir las órdenes a los jugadores.
El Chelsea, en inferioridad numérica, no enloqueció en busca del
empate, pero lo encontró al sacar petróleo de un
lanzamiento de córner, el balón le cayó muerto a Gary Cahill (56') que marcó sin oposición.
Con el 1-1, Mourinho siguió basando su estrategia en mantener replegado
a su equipo dejando las opciones de atacantes a la inspiración de
Willian, Eden Hazard y Diego Costa.
Pero el West Ham empujó y se hizo acreedor al triunfo, Slaven Bilic optó por el fútbol directo al
dar entrada a Andy Carroll (79') y el cambio surtió efecto
cuando el gigantón delantero saltó más que César Azpilicueta en un
centro de Aaron Cresswell y estableció de cabeza un 2-1 que hunde aún
más al campeón Chelsea en una crisis ya muy grave.
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