El Betis, que jugó todo el segundo tiempo con diez tras la expulsión
de Ceballos, sumó un punto en Mestalla (0-0) a base de orden y
concentración ante un Valencia plano y sin ideas, que no encontró cómo
crear peligro ante la meta rival a pesar de su completo dominio
territorial.
Desde el principio demostró el Valencia que no
atraviesa un buen momento y el Betis que tenía claro el partido que
quería plantear, con un esquema que fue capaz de mantener incluso en la
segunda mitad cuando jugó con un hombre menos. Los primeros quince
minutos estuvieron controlados por el Betis que impidió maniobrar a un
Valencia que tenía la pelota, pero era incapaz de aproximarse a la meta
de Adán. Solo a partir de entonces, el equipo local tuvo más
profundidad y logró acercarse a la meta del equipo sevillano con
conducciones de André Gomes y combinaciones por la derecha entre
Barragán y Feghouli, pero que apenas crearon peligro. Por su
parte, el Betis tenía problemas para hacerse con el balón, pero se
mostraba como un equipo muy ordenado, con dos líneas de cuatro y dos
delanteros que presionaban, que hacían muy incómodo el partido a los
jugadores del Valencia y que no sufría en defensa, cuando
conseguía acercarse al área valencianista, sus llegadas a la meta de
Jaume tampoco eran peligrosas, por lo que la primera parte avanzó hacia
su conclusión sin emoción, sin ocasiones de gol y sin que ninguno de los
dos equipos hubiera hecho merecimientos para adelantarse en el
marcador.
En el descanso se quedó en el vestuario
André Gomes, que había estado a un buen nivel en el primer periodo, y
entró Bakkali como extremo izquierda, por lo que Rodrigo se situó como
segundo delantero, de inmediato se produjo una jugada clave para
el encuentro, ya que el visitante Ceballos vio la segunda cartulina
amarilla y fue expulsado, Pepe Mel, técnico del Betis, sacó
del terreno de juego a un atacante, Jorge Molina, y lo reforzó con Xavi
Torres para tratar de que su equipo mantuviera la organización y el
control del rival del primer tiempo a pesar de jugar con un hombre
menos. El dominio local pasó a ser asfixiante ante un Betis muy
replegado y con pocas opciones de salida a la contra, pero el Valencia
bombeaba muchos balones, por lo que el agobio para la meta del equipo
sevillano era relativo. El Valencia no jugó mejor contra diez que
contra once. Se limitó a estar más cerca de la portería del rival, pero
sus llegadas no intimidaban ni hacían sufrir al Betis, a pesar de que
este equipo tenía muy limitadas las opciones de hacer daño al
contragolpe. El Valencia nunca tuvo
una oportunidad clara para marcar y el partido acabó sin abrirse el marcador.
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