Sevilla volverá a disputar la final de la Europa League y esta vez se ganó ese derecho al vencer a Fiorentina (0-2) en Italia para un global de 5-0.El elenco de Unai Emery salió desde el principio del compromiso decidido a no llevarse niguna sorpresa del Artemio Franchi, puesto que ya contaba con una ventaja por haber ganado el choque de ida en el Sánchez Pizjuán por 3-0.
El primer tanto fue luego de que el delantero colombiano, Carlos Bacca (22'), incursionara en el área "viola" y casi en la línea del arco venciera la resistencia de Neto.
Ese tanto sería la estocada final para el cuadro de Vincenzo Montella, que ahora debía hacer 4 goles para lograr pasar a la fase final del certamen, algo que era sencillamente improbable.
Pero como para empeorar la realidad del equipo de Florencia, un centro de Coke por izquierda, terminaría en el segundo gol de los españoles, el autor de la conquista fue del portugués Daniel Carrico (27').
La Cuarta UEFA, la que haría rey de reyes de la competición al Sevilla (Juventus, Inter y Liverpool se estancaron en tres), espera en el Estadio Nacional de Varsovia el 27 de mayo. Ante la Fiorentina, rival de tradición que llenó el estadio animado en el eslogan giochiamo la insieme ("jugamos juntos") pero con el alma por los suelos después del 3-0 en la ida, selló la clasificación con la autoridad del campeón, recreándose y disfrutando en el tapete del Artemio Franchi.
Disfrutó el Sevilla en Florencia, se plantó con su mejor once, una puesta en escena inmejorable y, después de un paradón de Sergio Rico, hizo dos goles en jugadas a balón parado con el buen pie de Banega, la determinación de Bacca, Coke y Carriço y la inconsistencia del rival. Resultó todo tan inesperadamente sencillo después del calvario del año pasado en Valencia, que fue casi para pensárselo.
Pronto los italianos tomaron el control del balón y del terreno ante un rival que se dejó dominar, lo que
motivó que el Fiorentina pusiera en
los primeros apuros a su adversario.
El equipo de Montella tuvo una clarísima ocasión para abrir el marcador y el camino de la esperanza, pero un remate a bocajarro de cabeza del central argentino Gonzalo Rodríguez tuvo la milagrosa respuesta del meta Sergio Rico, rebasado el cuarto de hora de juego.
Ese susto que le entró en el cuerpo a los sevillistas les hizo reaccionar y estirarse otra vez, hasta el punto que una falta lateral fue bien resuelta y culminada por Bacca para el primero.
El tanto del colombiano, que suma esta temporada veintiséis tantos entre todas las competiciones, dejó la final de Varsovia cerrada y más cuando después el central portugués Daniel Carriço puso el segundo en otra buena estrategia y también con la pasividad en la defensa italiana.
El Fiorentina tenía ya que marcar seis goles y ello parecía imposible en un equipo que hasta la conclusión de la primera mitad apareció poco y cuando lo hizo volvió a encontrarse con Sergio Rico, como a la media hora en un fuerte remate del chileno David Pizarro.
El control de los hispalense fue casi total hasta el descanso e incluso el lateral derecho Jorge Andújar "Coke" tuvo una clara para poner el 0-3.
En la segunda parte ya se esperaba poco del partido, solo las intenciones del Fiorentina por maquillar algo el resultado, aunque otra vez apareció pronto Sergio Rico, con dos intervenciones en la misma jugada, ante los intentos del delantero egipcio Mohamed Salah.
El Sevilla, sin Benega ya en el campo al tener una tarjeta y después
de hacer una muy buena primera parte, se dedicó a que pasara el tiempo
sin demasiados sobresaltos.
Este nuevo susto para los de Emery llegó cuando el centrocampista polaco Gregory Krychowiak le hizo un penal a Pizarro, aunque no era la noche de los italianos e Ilicic lanzó la falta muy mal y el balón se le fue alto.
Con los aficionados florentinos abandonado las gradas, transcurrió un encuentro en el que los dos contendientes buscaron los vestuarios para pensar en otras cosas.
Disfrutó el Sevilla en Florencia, se plantó con su mejor once, una puesta en escena inmejorable y, después de un paradón de Sergio Rico, hizo dos goles en jugadas a balón parado con el buen pie de Banega, la determinación de Bacca, Coke y Carriço y la inconsistencia del rival. Resultó todo tan inesperadamente sencillo después del calvario del año pasado en Valencia, que fue casi para pensárselo.
Pronto los italianos tomaron el control del balón y del terreno ante un rival que se dejó dominar, lo que
El equipo de Montella tuvo una clarísima ocasión para abrir el marcador y el camino de la esperanza, pero un remate a bocajarro de cabeza del central argentino Gonzalo Rodríguez tuvo la milagrosa respuesta del meta Sergio Rico, rebasado el cuarto de hora de juego.
Ese susto que le entró en el cuerpo a los sevillistas les hizo reaccionar y estirarse otra vez, hasta el punto que una falta lateral fue bien resuelta y culminada por Bacca para el primero.
El tanto del colombiano, que suma esta temporada veintiséis tantos entre todas las competiciones, dejó la final de Varsovia cerrada y más cuando después el central portugués Daniel Carriço puso el segundo en otra buena estrategia y también con la pasividad en la defensa italiana.
El Fiorentina tenía ya que marcar seis goles y ello parecía imposible en un equipo que hasta la conclusión de la primera mitad apareció poco y cuando lo hizo volvió a encontrarse con Sergio Rico, como a la media hora en un fuerte remate del chileno David Pizarro.
El control de los hispalense fue casi total hasta el descanso e incluso el lateral derecho Jorge Andújar "Coke" tuvo una clara para poner el 0-3.
En la segunda parte ya se esperaba poco del partido, solo las intenciones del Fiorentina por maquillar algo el resultado, aunque otra vez apareció pronto Sergio Rico, con dos intervenciones en la misma jugada, ante los intentos del delantero egipcio Mohamed Salah.
Este nuevo susto para los de Emery llegó cuando el centrocampista polaco Gregory Krychowiak le hizo un penal a Pizarro, aunque no era la noche de los italianos e Ilicic lanzó la falta muy mal y el balón se le fue alto.
Con los aficionados florentinos abandonado las gradas, transcurrió un encuentro en el que los dos contendientes buscaron los vestuarios para pensar en otras cosas.
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