Neymar (3') adelantó a los culés, el mexicano Jonathan Dos Santos (38') emparejó el marcador, pero Luis Suárez (73') y Neymar (84') de tiempo corrido, sellaron el pase de los pupilos de Luis Enrique.
El Barcelona corroboró en El Madrigal la victoria 3-1
que había logrado en la ida en el Camp Nou en un duelo en el que se
lesionó en el tobillo el centrocampista Sergio Busquets
cuando sufrió un pisotón involuntario de Tomás Pina. Fue retirado en
camilla y le sustituyó el francés Jeremy Mathieu.
En la final el Barcelona jugará con el vencedor de la
semifinal entre el Espanyol y el Athletic, cuyo duelo de vuelta se juega hoy en la capital catalana después de haber empatado 1-1 en
Bilbao.
Hubo atrevimiento del "submarino amarillo", tocado moralmente pero
entregado a la causa, ante la especulación en ocasiones exagerada del
equipo de Luis Enrique, en una primera mitad en la que hizo de la
cautela su razón de ser, el Barça pretendió llegar a la final caminando mientras los jugadores de
Marcelino intentaban venirse arriba, robaban, corrían y remataban sin
descanso sobre la portería de un Ter Stegen que, tocó el
balón hasta en 40 ocasiones durante los primeros 45 minutos, más que
Messi o Neymar. La justicia acudió en auxilio del Villarreal a poco del descanso con un centro desde la derecha, donde Montoya no hizo olvidar nunca a Alves, para que Jonas dos Santos rematase a placer, desmarcado y despertase la ilusión de la hinchada local tras poner el 1-1. Para el Barça, sin embargo, nada pareció cambiar, tranquilo, sin prisas, se sabía en la final.
Con todo el descanso dio paso a un cambio de sensaciones en el segundo tiempo, si el Villarreal entendió que debía jugársela a cara o cruz, el Barça comprendió que tenía que poner una marcha más a su fútbol para evitarse un susto inesperado. Ter Stegen dejó de ser el que más tocase el balón porque el equipo dio un
paso adelante y el peligro comenzó a desaparecer. Ya sin Busquets en el campo (lesionado en la jugada del gol del Villarreal tras ser pisado involuntariamente por Pina), Mascherano adelantó su posición con la entrada de Mathieu en la defensa y el dominio del equipo local se fue diluyendo, siendo menos intenso y más tranquilo para los de Luis Enrique. Ya estaba poco menos que todo decidido y se acabó cuando Pina, excesivamente duro en acciones anteriores (por mucho que en la peor jugada, la de Busquets, no tuvo ninguna intención) realizó por detrás una entrada durísima a Neymar que provocó su expulsión. Y en esa jugada se acabó todo. El Villarreal entendió la imposibilidad de soñar con la remontada, el Barça le hizo comprender todo y Suárez, poco después, concretó la eliminatoria aprovechando una asistencia de Mascherano. Para acabar la noche Neymar anotó su sexto gol en el torneo para cerrar el partido con el mismo 3-1 de la ida y el Barça sentenció el pase a su quinta final de Copa en los siete últimos años.
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