Un gol del mozambiqueño Manucho (81') otorgó la victoria al Rayo Vallecano ante una Real Sociedad que sólo gana a los grandes en Anoeta, pero que vuelve a dejarse tres puntos contra equipos de su Liga.
El Rayo fue una pesadilla para la Real durante los 90 minutos, fiel a su propuesta de jugar y dejar jugar, ofreció espacios a los locales, aunque también llegaba con mucho peligro a los dominios del argentino Gero Rulli.
Manucho metía miedo cada vez que cogía el balón a la grada de Anoeta, que también confiaba en que una de las llegadas de los suyos pusiera el partido a su favor.
Estuvo cerca de producirse este escenario en una acción de calidad del ataque donostiarra que remató Vela, cuando Agirretxe estaba en inmejorable posición para marcar.
Al filo del descanso llegó lo mejor para el Rayo, primero con un disparo de Trashorras desviado por Granero que rozó al larguero y en el saque de esquina siguiente Bueno, de cabeza, estuvo a punto de marcar.
No se alejaba el temor de los aficionados de un estadio Anoeta que veía el gol rayista en cualquiera de sus ataques y, nuevamente, estuvo muy cerca éste de llegar en el minuto 43 tras internada del francés Kakuta y pase a Manucho, que, sin portero y todo a favor, tomó la decisión errónea y perdonó el gol en la oportunidad más clara del encuentro.
Siguió el partido vivo en la segunda parte. Los guipuzcoanos mejoraron sus prestaciones ofensivas y volvieron a tener sus opciones en sendos remates de Agirretxe.
Los problemas que tiene la Real para hacer gol esta temporada se evidenciaron en este periodo, en el que una y otra vez sus acercamientos morían en los últimos metros sin incordiar mucho a Toño.
Xabi Prieto llevó la emoción en el tramo final en una brillante jugada en la que "toreó" fuera del área al cancerbero rayista en su salida, sin embargo no acertó a colocar bien el balón que, de haber llegado a su destino, podría haber sido definitivo ante la ausencia del guardameta alicantino, desplazado veinte metros de su portería.
Anoeta casi firmaba el empate cuando llegó a diez minutos para el final el gol del equipo de Paco Jémez, logrado tras un saque de esquina cobrado por Trashorras y culminado con un espectacular cabezazo de Manucho que batía sin opción a recurso al argentino Rulli.
El Rayo fue una pesadilla para la Real durante los 90 minutos, fiel a su propuesta de jugar y dejar jugar, ofreció espacios a los locales, aunque también llegaba con mucho peligro a los dominios del argentino Gero Rulli.
Manucho metía miedo cada vez que cogía el balón a la grada de Anoeta, que también confiaba en que una de las llegadas de los suyos pusiera el partido a su favor.
Al filo del descanso llegó lo mejor para el Rayo, primero con un disparo de Trashorras desviado por Granero que rozó al larguero y en el saque de esquina siguiente Bueno, de cabeza, estuvo a punto de marcar.
No se alejaba el temor de los aficionados de un estadio Anoeta que veía el gol rayista en cualquiera de sus ataques y, nuevamente, estuvo muy cerca éste de llegar en el minuto 43 tras internada del francés Kakuta y pase a Manucho, que, sin portero y todo a favor, tomó la decisión errónea y perdonó el gol en la oportunidad más clara del encuentro.
Siguió el partido vivo en la segunda parte. Los guipuzcoanos mejoraron sus prestaciones ofensivas y volvieron a tener sus opciones en sendos remates de Agirretxe.
Los problemas que tiene la Real para hacer gol esta temporada se evidenciaron en este periodo, en el que una y otra vez sus acercamientos morían en los últimos metros sin incordiar mucho a Toño.
Xabi Prieto llevó la emoción en el tramo final en una brillante jugada en la que "toreó" fuera del área al cancerbero rayista en su salida, sin embargo no acertó a colocar bien el balón que, de haber llegado a su destino, podría haber sido definitivo ante la ausencia del guardameta alicantino, desplazado veinte metros de su portería.
Anoeta casi firmaba el empate cuando llegó a diez minutos para el final el gol del equipo de Paco Jémez, logrado tras un saque de esquina cobrado por Trashorras y culminado con un espectacular cabezazo de Manucho que batía sin opción a recurso al argentino Rulli.
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