Real Madrid cerró el año con una derrota por 4-2 ante el Milán en un amistoso disputado en la ciudad de Dubái en donde se disputaba la Copa Dubai Football Challenge.
El cuadro de Carlo Ancelotti no alineó a todas sus figuras desde el principio, pues mandó al banco a James, Benzema, Pepe, Kroos y Casillas. La única figura que estuvo desde el arranque fue Cristiano Ronaldo.
Los dirigidos por el "Pipo" Inzaghi fueron los que desde el inicio
propusieron en el juego, parecía que se estaba jugando un típico
partido de Champions League, pues tan solo a los 24' Ménez anotaba el primero para los italianos, tras una falla garrafal de la defensa madridista.
La movilidad del francés Jeremy Menez, del ítalo-egipcio Stephan El
Shaarawy, principalmente, y Giacomo Bonaventura, fue un martirio para la
zaga blanca en la primera parte, aunque luego, en la segunda también
tuvo su continuación.
En el primer duelo entre el maestro Carlo Ancelotti y el pupilo
Filippo Inzaghi, éste sacaba ventaja de salida. Mejor ubicado
tácticamente y con esa mayor mordiente el Milan daba más sensación de
peligro ante un Real Madrid con escasa profundidad y pensando más en las vacaciones.
Aunque cuando el campeón de Europa parecía despertar al
ritmo del juego de Isco Alarcón y de las arrancadas del alemán Sami
Khedira un error de Nacho Fernández al ceder el balón a Keylor Navas
permitió a Menez situarse ante el meta costarricense y resolver con
tranquilidad y maestría.
El tanto atolondró más al Real Madrid y relanzó al Milan, que
amplió la cuenta con un magnífico disparo
de El Shaarawy (34').
El partido entró en una dinámica no muy habitual en un amistoso
navideño, frenética, y ello permitió a los madridistas utilizar su arma
favorita, el contragolpe. Jesé Rodríguez y Cristiano Ronaldo (36'), que apenas
habían aparecido, sorprendieron al cuadro italiano con una poderosa
galopada y el portugués situó el 1-2 en el
marcador con un disparo al que no pudo responder el exguardameta
madridista Diego López.
Ancelotti sacó a Cristiano y puso al resto de titulares disponibles
tras el descanso, pero éstos entraron dormidos. Iker hizo dos milagros en cinco
minutos y entre uno y otro se tragó el tercer tanto del Milán, de un El Shaarawy (48') desatado.
Sólo entonces el Madrid lució con sentido su escarapela de campeón del
mundo y combinó la tenencia lícita de la pelota y la continuidad en las
ocasiones. Jesé mandó una pelota al palo y limpió las dudas sobre su
rodilla. Fue lo mejor del Madrid en ese tramo, en que Agazzi pareció una
celebridad y Benzema y Bale perdonaron. No lo hizo
Pazzini (73') y elevó el triunfo de su equipo a la categoría de paliza,
aminorada por el tanto de penal de Benzema (84').
Fin con derrota a un 2014 de ensueño para el Real Madrid, que llegaba a
este compromiso con 22 partidos
seguidos ganados, si bien la racha
histórica se refiere a encuentros oficiales y aún puede aspirar a
alcanzar al Coritiba brasileño.
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