Sólo 15 segundos le llevó al Superclásico para ofrecer
la primera emoción, muy diferente al pobre 0-0 conseguido en la ida.
Ariel Rojas quiso despejar dentro del área y no vio el cruce de Jonathan
Calleri, a quien se bajó dentro del área, el árbitro cobró penal para
Boca, pero Marcelo Barovero se hizo gigante al contener el remate de
Emmanuel Gigliotti.
River se alimentó de esa acción y entró en confianza
para presionar a su rival. Tras un mal rechazo de
Nicolás Colazo, el juego se abrió para la izquierda a un Leonel Vangioni
rápido en la resolución, el remate del lateral izquierdo, algo
defectuoso, salió en un pase hacia el medio que Leonardo Pisculichi
corrigió y logró el 1-0 al clavar el balón bien abajo en el palo derecho
de Agustín Orión.
La polémica tomó color con un offiside cobrado a
Giglotti, tras un despeje que César Meli volvió a meter al área y el
centrodelantero xeneize convirtió en soledad dentro del área. Leonardo
Ponzio, apuntado por cometer varias faltas en la primera etapa,
habilitaba al "Puma".
Teófilo Gutiérrez fue protagonista en el comienzo del
segundo tiempo, el colombiano sacó un remate cruzado a la carrera que
controló Orión; un cabezazo por encima del travesaño y terminó errando,
en la puerta del área, el buen centro de Carlos Sánchez desde la
derecha.
El desgaste de una ardua temporada para River lo hizo
retroceder en el campo y apostar por el contragolpe. Boca, sin Gago que
salió por lesión en el primer tiempo, se mostró partido en su juego y
le costó acercarse al arco de Barovero.
La tensión entre ambos fue constantes, con varias y
fuertes infracciones por cada lado, pero con la pasión esperada para un
Superclásico.
En el último tramo, River bajó su intensidad y permitió que Boca se
pueda adelantar unos metros, aunque el visitante nunca tuvo claridad
para llegar claro ante Barovero, a pesar del ingreso de Andrés Chávez
por Fuenzalida. La mejor de River se dio con un disparo alto
de Sánchez, tras una pelota que bajó Gutiérrez, quien otra vez lo iba a
tener minutos más tarde.
River tuvo la pelota, fue el
dominador absoluto del encuentro y generó la expulsión por impotencia de
Díaz, por una dura entrada sobre el colombiano, ante un Boca que querrá
olvidar rápidamente su actuación en el Monumental.