Athletic de Bilbao continúa de capa caída y complicó enormemente
su futuro europeo de esta temporada cayendo ante BATE Borisov a
domicilio por 2-1.
Pudo ser peor el resultado para el
Athletic, que concedió un montón de oportunidades a los locales y,
además, se mostró incapaz de crear ocasiones en el otro lado del campo.
Y
eso que hubo una jugada que amagó con cambiarle el rumbo al partido, el
gol de Aritz Aduriz (45') al filo del descanso con el que el ariete
internacional español acortó las distancias que habían abierto en el marcador el central Denis Polyakov (19') y el media punta Alekdandr Karnitski (41').
Pero no le sirvió de nada ese tanto
al conjunto de Ernesto Valverde, que no mejoró demasiado en la segunda
mitad, no aprovechó ni unos últimos minutos de asedio final y termina la
segunda jornada de la Fase de Grupos colista de su grupo, el H.
El marcador de hoy ha cambiado la cara a un BATE que es segundo a
pesar del 0-6 de la primera jornada en Porto y ya aspira hasta a llegar
a los Octavos de Final después de que los cambios realizados por
Alexandr Yermakovic, curiosamente la mayoría en ataque, surtiesen
efecto.
Athletic, en otra noche horrible en el pase de casi
todos sus jugadores, excepto Iker Muniain, Aymeric Laporte y Aritz
Aduriz, soñará durante tiempo con los inesperados Karnitski, Maksim
Volodko y Nikolai Signevich.
Aunque el primero en activar
la atención de los arqueros fue Beñat, Athletic ahondó
en la primera mitad en el mal juego y las malas sensaciones de los
últimos quince días de inesperado desplome.
El primer gol, en el tercer córner de los azules, fue en un
saque de esquina cobrado por Maksim Volodko, otra de las novedades, que
el ariete peinó en el primer palo ante San José e Iraola y que el
central Polyakov remató con su marcador Iturraspe muy
alejado.
El 2-0 también lo provocó Signevich con un primer
desmarque a nuevo servicio de Maksim Volodko, pero el tanto de
Karnitski, que llegaba a la frontal, fue afortunado porque el balón se
le coló a Iraizoz muy despacito tras tocar en Iraola.
Athletic,
al menos en toda la primera mitad, no era capaz de hacerse con el
control del juego y solo Beñat, con un par de disparos sin mayor
peligro, lograba enganchar algún remate.
Pero cuando
parecía más roto y desesperado el conjunto vasco, al filo del descanso,
Muniain, de lo poco salvable hasta entonces de su equipo, se sacó una
preciosa jugada al borde el área, encontró a Aduriz y el ariete
internacional se giró con su central a la espalda para poner el
esperanzador 2-1 con un disparo cruzado.
El asedio final
fue bilbaíno, Valverde echó mano de Toquero, pero a éste se le fue alta
la ocasión de la que dispuso ya en el tiempo añadido, como tampoco
pudieron aprovechar las suyas Susaeta y Aduriz.
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