Con 16 goles en la historia de los mundiales, Miroslav Klose es el goleador que superó a Ronaldo y que juega su cuarto mundial en Brasil 2014, pero detrás de esas cifras y marcas está el hombre que nació en Polonia y que ha sido un claro ejemplo de esfuerzo, además de transparencia deportiva a todas luces.
El don de gente de Klose es un asunto en el que el público no ha reparado, por ejemplo, luego del 7-1 ante Brasil
y de quedar como el goleador histórico de todos los tiempos, salió del
vestuario alemán y ofreció declaraciones en la zona mixta de prensa con
absoluta sencillez, primero a medios germanos en perfecto alemán (a
pesar de no ser su lengua natal, él es polaco de nacimiento, y que aprendió a los 8 años).
También en italiano porque periodistas de ese país lo abordaron al
pertenecer en este momento a la Lazio, y por último en inglés para
diversos medios del mundo.
A sus 36 años, llevó a toda la familia a Brasil y luego de cada
práctica invita a sus hijos gemelos de 9 años a que ingresen para jugar
con él. Se dice que hace algunos años había olvidado seguir celebrando sus goles con volteretas,
pero uno de sus engreídos le pidió que lo siga haciendo, contra Brasil
no pudo porque confesó que a la hora de anotar recibió un golpe que no
le permitió lanzarse.
Klose proviene de una familia evidentemente deportista, en su niñez vivió en Francia pues su padre Josef jugaba para el Auxerre, su madre, Barbara Jez, es una ex jugadora internacional polaca de
balonmano, se comenta que la comunicación entre ellos siempre es en
idioma polaco.
Tal vez por ese espíritu inculcado desde pequeño, Klose tenga una postura particular contra las trampas del juego. Su primer gesto fue jugando por el Werder Bremen contra el Arminia Bielefeld, el atacante cayó en una jugada contra el arquero Mathias Hain y el juez
señaló el punto de penal, además de amonestar al golero. Klose pidió de
inmediato la palabra y dijo que no había sido falta y que corrigiera, el cobro volvió a fojas cero y por esto recibió un premio a la deportividad (temporada 2004-05).
En el 2012, en un partido entre Napoli y Lazio, Hernanes cobró un
tiro de esquina y la jugada terminó en gol de Miroslav, lo que provocó
el reclamo de los napolitanos, el árbitro se acercó al
protagonista de la jugada y este reconoció que lo había convertido con
la mano y que debía invalidar la acción. Así el partido siguió 0-0, pero al final Lazio caería derrotado por 3-0.
Parece que la vida se está encargando de hacer justicia con el hombre
del "Fair play", ya tiene el récord histórico y solo le falta el título
mundial para sentir que sus 36 años de vida tienen la total recompensa.
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