El equipo albiceleste se plantó en cancha con el dominio
de la pelota y de arranque pudo conseguir la ventaja. Messi asistió a un Di María que buscó abrir a la derecha con Zabaleta,
yendo hasta el fondo para desbordar, el balón rebotó en Vertonghen y
salió hacia el medio del área dónde Higuaín, expectante, remató de volea
para lograr el 1-0.
La
conquista dio mayor tranquilidad al juego argentino, aplomado desde la
salida del fondo con Demichelis o los primeros pases de Biglia y
Mascherano, la intensidad en el juego duró media
hora, el tiempo que estuvo Di María en cancha hasta su lesión. Enzo
Pérez tomó el lugar del mediocampista del Real Madrid.
Bélgica despertó recién sobre el final de la primera
etapa con un remate a media distancia de De Bryune y un cabezazo de
Mirallas. Romero controló bien el primero y no pasó sobresaltos con el
segundo, pese a esto, Argentina redondeó unos 45 minutos regulares en
relación a lo mostrados en sus cuatros presentaciones anteriores en la
Copa del Mundo.
En la segunda etapa no cambió el libreto, Argentina cómoda, con toque
y en búsqueda del segundo, con el desborde de Lavezzi por la izquierda y
un Messi intermitente.Pero también con un Higuaín incisivo, que en el minuto 55 dejó atrás a cuatro belgas en una veloz carrera que comenzó en su propio campo y que acabó con el travesaño impidiendo el gol.
El técnico Marc Wilmots movió sus piezas, sentó en el banquillo a Divock Origi, quien no hizo un buen partido pero a sus 19 años se ha convertido en el jugador más joven en disputar unos cuartos de final desde los tiempos de Pelé.
En su lugar entró Romelu Lukaku, que le dio más profundidad a un ataque belga que, sin embargo, seguía pecando de imprecisión.
Pero además de su falta de acierto, Bélgica chocó contra una defensa argentina sólida, Garay ganó todas de cabeza y por abajo. Basanta aprobó y Biglia y el "jefecito" Mascherano fueron implacables en el centro del terreno.
Uno de los grandes momentos en el tramo final fue la salida de Higuaín, salió en el minuto 80 bajo una estruendosa ovación y dejó claro que el goleador está de vuelta, y justamente cuando Argentina más lo necesita.
En el tiempo añadido, Messi chocó otra vez contra Courtois, era su séptimo partido frente al portero del Atlético de Madrid en esta temporada y, como en los seis anteriores esta temporada, ganó el belga, que se queda con la anécdota.
Entre el cansancio y la actitud desesperada de los
belgas por buscar el empate, los argentinos pasaron varios sofocones
entre centros y remates pero aguantó y logró avanzar a
semifinales, instancia a la que no llegaba desde el Mundial Italia 1990
dónde terminó como subcampeón.
El próximo partido de Argentina será el miércoles 9
en el Arena de Corinthians en San Pablo, contra el ganador del duelo
Holanda-Costa Rica.
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