Con anotaciones en el segundo tiempo extra de Gareth Bale (110'), Marcelo (118') y Cristiano Ronaldo (pen. 120'), quienes aprovecharon que los rivales estaban completamente fundidos en el terreno de juego, el equipo dirigido por Carlo Ancelotti consiguió evitar los penales y llevarse la "Orejona" a sus vitrinas.
Sergio Ramos logró empatar el partido en el minuto 93, cuando los "colchoneros" ya estaban saboreando la victoria que les estaba dando
el gol de Diego Godín (36').
Todo parecía en contra para el Atlético, y es que Diego Costa no
llegó ni a los diez minutos de juego cuando pidió su cambio tras
resentirse de su lesión, pero el equipo se sobrepuso en los siguientes
minutos y más adelante rompió el cero cuando Iker Casillas salió muy mal por el balón en su área y Godín le ganó el remate para mandar la pelota a las redes y decretar el 1-0.
El Real Madrid intentó empatar por
todos los frentes, pero el gol se le negaba, el tiempo transcurría y ni
CR7, ni Bale, ni Benzema aparecían para empujar la pelota al fondo.
Tuvieron que transcurrir los 90 minutos y el árbitro
indicó cinco más de reposición y ahí nuevamente le cayó la maldición a
los "colchoneros", el encargado de arruinar el sueño de los "rojiblancos" fue Sergio Ramos que con un cabezazo colocado venció a Thibaut Courtois y decretó el empate agónico.
Ya en tiempos extras, el Atlético se fundió completamente y ahí el Real Madrid mostró mejor condición física y arrasó. Con goles de Gareth Bale tras un remate de cabeza, uno de Marcelo tras disparo potente y finalmente un penal cobrado por Cristiano, el Real cerró el marcador y se coronó el campeón de la Champions League.
Fue un derbi con muchísima más emoción que fútbol, pero con todas las
dosis de esos partidos apasionantes, de esos encuentros que, más allá
del juego, desbordan las emociones por cómo se desarrolla, porque se
convierten en un ejercicio de aguante físico para los futbolistas a
estas alturas de la temporada, ya sin aire ni fuerzas.El Atlético tocó la Copa de Europa casi una hora, con el gol de Diego Godin, en un fallo en la salida de Casillas, hasta el minuto 93, cuando se cumplía el tercero de los cinco de añadido, el Real Madrid sentía que era su última ocasión y Ramos forzó la prórroga de cabeza, un gol que levantó al conjunto blanco para ser campeón después.
Desde el inicio, ni el conjunto blanco quería contraataques del Atlético ni viceversa. En esa idea, en esa convicción de anular al oponente para vencer, se movió el encuentro durante muchos minutos, todo condensado en mínimos detalles, tan decisivos en un duelo de tanta transcendencia entre dos de los mejores conjuntos de Europa.
La defensa por encima del ataque sin
distracciones. Por eso, al Atlético no le importó que un intrascendente
Khedira, la apuesta de Ancelotti por delante de Illarramendi para suplir
a Xabi Alonso, jugase con la pelota, por eso el Real Madrid tampoco le
dio transcendencia a la posesión del conjunto rojiblanco y por eso el
partido completó la primera media hora con un fútbol inexpresivo. El "milagro" Diego Costa, duró nueve minutos,
porque el partido le reclamó mucho más de lo que podía dar su músculo
bíceps femoral, dañado desde hace un par de semanas; no apareció
Cristiano Ronaldo en el primer tiempo, salvo para lanzar una falta
centrada; y Bale malgastó una ocasión difícil de fallar. Un error
en la entrega de Tiago lo aprovechó el galés para correr, correr y
correr, inalcanzable para sus defensores, pero ineficaz en el remate a
la media hora, con un zurdazo fuera. Si el Real Madrid vivía del fallo
del rival, el equipo rojiblanco no fue menos.Hasta que Iker Casillas salió con poca decisión en un balón llovido, peor, dudó después a medio camino, Godín cabeceó por encima, el 0-1, exigió al Real Madrid para la segunda parte, en la misma medida que reforzó al Atlético.
En la segunda etapa, tres remates de Cristiano, de falta, en un rechazo y de cabeza, tibia amenaza para el Atlético, el Real Madrid se agarraba a las carreras de Di María, el que más claro lo tenía todo en el conjunto blanco, y un partido en tensión, con mejores sensaciones por momentos para el equipo de Simeone y por momentos para el conjunto de Ancelotti.
Creció ofensivamente el equipo madridista con los cambios de Marcelo por Coentrao e Isco por Khedira, por ambición y por juego en esa lucha contra el reloj y la solvencia en la retaguardia rojiblanca, ya mucho más atrás. Lo tuvo Bale, con un tiro desviado y con otro contragolpe que definió horrible y defendió con todo el Atlético hasta el minuto 93, cuando Sergio Ramos empató de cabeza, un mazazo para el Atlético, ya tocaba la Copa de Europa era suya hasta ese cabezazo y ahora debía volver a ganarla en 30 minutos o en los penales. Pero apareció Di María, paró Courtois y remató Bale, era el desnivel, el final más cruel para el club rojiblanco y más feliz para un Real Madrid que ya tiene su décima Copa de Europa, sentenciada con un gol de Marcelo y otro de Cristiano para poner la cereza.
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