El Nápoli conquistó su quinta Copa de Italia, tras derrotar hoy por
1-3 al Fiorentina en una final marcada por los graves incidentes
previos que se produjeron en las inmediaciones del Olímpico, con tres
heridos por arma de fuego, y que obligaron a que comenzase el partido
con tres cuartos de hora de retraso.
Fiel a su estilo, Rafa Benítez aseguró un título, puede que el juego
de sus equipos no sea vistoso, pero el técnico español siempre es fiable
y ya tiene su primer trofeo en el banquillo napolitano.
Ante el Fiorentina, le bastó un buen comienzo y la habitual concentración defensiva de sus conjuntos para alzar la Copa.
Y eso que no parecía que el Nápoli pudiese afrontar en las mejores
condiciones una final, con tres de sus hinchas hospitalizados, uno de
ellos muy grave, y una "curva norte" repleta de ultras dispuestos a
imponer su ley a la mínima, a los que tuvo que apaciguar el capitán
Marek Hamsik antes del comienzo.
Sin embargo, fue el equipo de Benítez el que salió más enchufado al
campo, el que leyó más pronto cómo atacar el atrevido sistema de
Vincenzo Montella y quien noqueó en dos ocasiones a su rival, apenas
transcurrido el primer cuarto de hora.
Fueron dos fogonazos de Lorenzo Insigne (11' y 17'), uno de los integrantes de la
"nueva ola" que maneja Cesare Prandelli para el Mundial, ante los que
nada pudo hacer el meta brasileño Neto.
Con media final ganada, el Nápoli retrasó líneas en busca de un
contraataque que diese el golpe de gracia, pero pudo ser una temeridad
ante un conjunto que se siente seguro con el balón en su poder.
Aupado por la movilidad entre líneas de Borja Valero, por la calidad
de Joaquín y del peruano Juan Vargas, el Fiorentina creyó en sus
posibilidades.
El conjunto de Montella redujo la desventaja por medio de Vargas (28') e,
incluso, pudo empatar en la última jugada del primer tiempo, porque se
le anuló erróneamente un tanto a Alberto Aquilani, El atacante "viola"
remató una falta en posición legal, pero el línea lo anuló, confundido
por la situación adelantada del argentino Gonzalo Rodríguez.
Con Higuaín, que fue duda hasta el último momento, mermado
físicamente, Hamsik lesionado y Callejón más pendiente de defender que
de atacar, el segundo tiempo fue, prácticamente, un monólogo del
Fiorentina.
Montella retrasó a Borja Valero para conducir el balón con más
criterio y fue añadiendo efectivos al ataque, incluido, el exjugador del
Villarreal Giuseppe Rossi, que jugó sus primeros minutos desde que
cayese lesionado el pasado 5 de enero.
Pero fue un dominio infructuoso, el Nápoli tapó todo espacio cercano
a su área, para desesperación de un rival que no encontró la forma de
empatar pese a jugar los últimos diez minutos con uno más, tras la
expulsión por doble amarilla del suizo Gokhan Inler.
Aun así, pudo empatar, si Josip Ilicic hubiese acertado,
solo ante Pepe Reina, pero el esloveno cruzó demasiado y agotó las
ocasiones de un Fiorentina al que el Nápoli sentenció con un posterior
contragolpe de Callejón, que entregó al belga Dries Mertens (91') el honor de
certificar el título.
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