Osasuna derrotó a un Almería desdibujado (1-2) y que no tuvo nada que
ver con el equipo que se pudo ver en los últimos partidos jugados en
casa, ante Real Sociedad y Valencia.
Javi Gracia, entrenador del Osasuna, hizo un planteamiento en el que
no renunció al balón, tuvo la posesión cuando el partido estaba igualado
e hizo sufrir al Almería cuando este tenía el balón.
La propuesta rojiblanca se basó en acciones por banda, generalmente
conducidas por Suso, pero sin el acierto necesario en el último pase,
con lo cual no hubo inquietud para Andrés Fernández, que no sufrió
durante la primera parte. Osasuna, con velocidad, manejó el partido y Oriol Riera (18') marcó, entre la defensa rojiblanca.
No cambió el decorado, sino que el gol reforzó el planteamiento
rojillo -hoy de verde pistacho-, defendiendo con sus diez hombres de
campo cuando no tenía el balón y saliendo con velocidad. En una de esas
salidas, Osasuna buscó la falta y la encontró, desde el
lateral sacó Roberto Torres y Arribas (33'), de cabeza, puso el segundo.
El Almería acusó el golpe, pero no hubo reacción de ningún tipo hasta
la segunda parte, en la que los rojiblancos salieron con otro discurso.
Empujó más el equipo de Francisco durante el inicio de la segunda
parte, pero estuvo carente de acierto en los metros finales.
Se encerró Osasuna en su campo, trató de defender el resultado y
apenas salió de su parcela, el Almería se fue haciendo grande, pero sin
fortuna en el disparo final. Tuvo acercamientos y la apuesta ofensiva, sacrificó a Marcelo Silva para ganar la pelea en el centro del campo,
dio sus frutos con una acción de Ramón Azeez que no
atajó Andrés Fernández y Soriano (73'), atento al rechazo, aprovechó para
marcar.
El partido fue más intenso con un Osasuna sin capacidad de
sorprender, lo hizo a la contra con cuentagotas ante un Almería, que
basaba su juego en la propuesta de Suso, Soriano, en el minuto 79, pudo
marcar de cabeza, pero el resultado no se movió más.
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