MADRID SIN SOBRESALTOS CLASIFICA A CUARTOS

Real Madrid cumplió con el trámite ante el Schalke (3-1) para certificar su presencia en los cuartos de final de la Champions League, antes de recibir al Barcelona en el Clásico que se perderá Jesé Rodríguez, gravemente lesionado en el intrascendente duelo ante el cuadro alemán.
Un nuevo doblete de Cristiano (21' y 74'), y otro de Morata (75') sentenciaron el partido.
Sólo la lesión de Jesé Rodríguez alteró el guión marcado, una desgracia que llegó a los cinco minutos, el bosnio Sead Kolasinca se cruzó en la maniobra del español, al que se le fue la rodilla derecha, el jugador se echó las manos a la cara y su pierna había perdido estabilidad, al parecer una lesión grave.
Bale ocupó el lugar de Jesé.
Era la presencia de Jesé uno de los pocos alicientes de un duelo sentenciado, de jugadores como Álvaro Morata, Nacho, Illarramendi, Coentrao o Isco, que al igual que Jesé deberían ganar en rodaje en el partido de vuelta de la Champions League. Sólo Ronaldo, Sergio Ramos y Xabi Alonso eran titulares cada domingo. El choque empezó aburrido, con excesivo toque del cuadro blanco ante un rival aparentemente acomplejado sin fé en sus posibilidades y resignado a su suerte a pesar del entusiasmo en la grada de sus 4.000 fieles, que no dejaron de alentar cada acción germana.
El sopor se rompió con una rápida jugada iniciada por Álvaro Morata, continuada por el galés Gareth Bale y culminada por Cristiano Ronaldo, la presencia de Ronaldo solo tenía esa justificación en un partido de trámite. Un riesgo tal vez innecesario solo argumentado por el voraz ansia del goleador de agrandar sus registros.
Pudo hacer más daño el Real Madrid a partir de ese momento, la figura de Isco Alarcón creció para generar mayor profundidad a su equipo pero se oscureció la de Morata, ofuscado en enmendar un error a puerta vacía a pase de Bale.
El canterano pretendió enterrar el fallo con un gol que no llegó, buscó portería en dos jugadas donde el pase era mejor opción, en una se llevó el reproche de la grada.
Apenas había noticias del Schalke, que no tiró a portería hasta la media hora, y marcó; fue un disparo de Tim Hoogland (31') que cambió Sergio Ramos de trayectoria para confundir a Casillas. Después se pudo adelantar por medio de Jan Klaas Huntelaar pero su remate salió cerca del palo izquierdo de Iker.
Para la segunda etapa, Keller retiró a Huntelaar y Ancelotti a Xabi Alonso.
Ronaldo pudo marcar el segundo nada más empezar pero Ralf Fahrmann lo evitó. Igual que el remate de Isco, minutos después, que no pudo culminar con gol.
Cristiano Ronaldo agrandó sus cifras y dio ventaja al Real Madrid en una arrancada desde el centro del campo que culminó por el palo corto de Fahrmann, fue el decimotercer gol del luso en la competición.
A continuación, Morata se sacó la espina al rematar sin oposición el rechazo a un disparo de Ronaldo, al que solo los palos le impidieron superar el registro de Leo Messi y del ítalo brasileño Jose Alcafini, que con catorce goles mantienen el récord goleador en el torneo en una temporada.

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