Barcelona se impuso por 0-1 en el derbi contra el Espanyol
y asumió el liderato provisional de una Liga de la que el conjunto azulgrana
podría haberse alejado esta tarde y, sin embargo, parece estar más cerca
que nunca.
Fue un partido intenso, disputado y polémico, con una primera mitad
especialmente movida, jugada a ritmo de vértigo, con ocasiones claras
para ambos equipos, un gol fantasma del argentino Diego Colotto e
incluso un penal de su compatriota Javier Mascherano a Javi López no
señalado por el árbitro.
Empezó mejor el Barça que, fiel a su estilo, rápidamente se hizo con
el mando del partido, marcando los tiempos merced al claro dominio en la
posesión del esférico.
El brasileño Dani Alves aprovechaba la autopista que le dejaba el
portugués Simao Sabrosa por su banda izquierda para sumarse a la
ofensiva azulgrana a la menor oportunidad pero, pese a el buen inicio
visitante, el Espanyol no le perdía la cara al partido.
Al contrario, el conjunto blanquiazul, jaleado por su afición, iba
creciendo a pasos agigantados a medida que avanzaba la primera mitad.
Liderado por Sergio García, empezó a
buscar cada vez más arriba al Barça, el propio García avisaría a Pinto
con un disparo a la media vuelta que se marchó fuera por poco y
asistiría al portugués Pizzi en una jugada marca de la casa que el luso
culmino de la peor forma, rematando muy desviado cuando el meta
visitante parecía ya vendido.
También hubo en este primer tiempo un pelotazo de Colotto que a punto
estaba de sorprender a Pinto que atajaba el balón sobre la línea de gol,
sembrando la duda sobre si la pelota la había traspasado totalmente o
no, y un derribo de Mascherano a Javi López sobre la línea que el
árbitro obvió.
El Barça, demasiado exigido atrás, agradeció que el choque llegará al
descanso pero le costó volver a tomar la iniciativa tras la
reanudación.
Sin ideas en la elaboración, sin el temple y la pausa necesarias para
volver a controlar el juego y sin la superioridad esperada en el centro
del campo -el trabajo de David Sánchez y Javi López en esa zona
resultaba impagable- tuvo que esperar a que el Espanyol fuera pagando
poco a poco el esfuerzo de la primera hora de partido para irse a por el
encuentro en los últimos veinte minutos.
Messi avisó primero y Piqué remató al travesaño a la salida de un
córner antes de que el árbitro señalara, esta vez sí, penal por manos
de Javi López, en una jugada en la que previamente parece que el balón
también daba en el brazo de Neymar.
Messi, como ya hizo en el Bernabéu, asumía la responsabilidad de
engañar a Casilla para anotar por primera vez Cornellà-El Prat, uno de
los pocos estadios en los que aún no había marcado, justo antes de que
Martino diera entrada a Iniesta, hoy suplente por unas molestias en el
muslo izquierdo.
El partido acabó para el Espanyol con la expulsión del propio
Casilla, por parar un disparo de Messi con la mano fuera del área, a
siete minutos del final.
El defensa Javi López fue el improvisado portero españolista en esos
últimos minutos -Aguirre ya había agotado los tres cambios- y tuvo
tiempo de lucirse en sendos remates de Alexis.
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