Los de Lucas Alcaraz resistieron los intentos blanquiazules con éxito, pero propusieron poco más. Prácticamente todas las ocasiones fueron locales: Córdoba, la más clara hasta el tanto, Stuani y Sergio García, ovacionado, examinaron la zaga rival con peligro.

El Granada se limitaba a esperar los errores locales para montar una contra, de todos modos, no tenían oportunidades claras y sus llegadas al área eran inocuas, además, la medular blanquiazul, con David López y Víctor Sánchez, recuperaba balones y creaba nuevas jugadas para los suyos.
Jhon Córdoba dispuso de la mejor del Espanyol en el minuto 26, el delantero colombiano, solo en el área tras una asistencia perfecta de Sergio García, falló un uno contra uno ante Roberto, quiso cruzar el balón, pero el portero lo atrapó a la primera.
El cuadro catalán pasó de estar cerca de la victoria a verse, de repente, con uno menos a la media hora del encuentro, el árbitro expulsó con polémica, a Víctor Álvarez, que forcejeaba con El-Arabi después de que el marroquí le ganara la posición. Buonannotte envió fuera la falta directa desde la frontal.
Fuentes entró por Simao: Aguirre no quería perder fuerza atrás, aún así tampoco le faltaba ritmo al Espanyol en ataque, Roberto se lució en un mano a mano ante Stuani, enviado el balón a córner, y después en el remate de cabeza de Héctor Moreno.
El Granada, en superioridad, no mordía mucho más, el único peligro que creaba era a balón parado, algo que no cambiaría en la reanudación.
Tras el descanso, el anfitrión siguió mandando, aunque muy desquiciado por el árbitro y sin efectividad arriba.
Los andaluces, gracias al desgaste local, llegaban con más facilidad. El-Arabi, en el 60', envió un balón al larguero, fue la mejor para los de Lucas Alcaraz, desaparecidos en el plano ofensivo la mayor parte del tiempo. Esperaban al Espanyol, aunque éste vigilaba bien sus espacios para evitar sorpresas.
Todas las esperanzas locales estaban puestas en Sergio García, el capitán, pese a su evidente cansancio, logró burlar a la defensa del Granada varias veces. Precisamente de sus botas nació el gol, el punta envió el saque de esquina a la cabeza de Héctor Moreno, el central mexicano estaba libre de marca y encontró al portero descolocado. Con tiempo y espacio, no falló y firmó el 1-0, el rival imprimió más velocidad al choque, Pereira no conectó un centro de Riki y ahí acabaron los temores para la grada de Cornellà. La defensa y Kiko Casilla no dieron opciones para el empate.
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