El Athletic enchufado al encuentro y suyas fueron las principales aproximaciones del partido, casi siempre generadas por un Iker Muniain que se convirtió en una pesadilla para los locales.
Se estiró un poco el conjunto local a medida que transcurría el duelo y por fin, en el minuto 30, pudo llegar a la zaga vizcaína en una rápida acción de Vela con centro para Agirretxe al que éste no llegó por muy poco.
Inmediatamente, tras un saque de esquina, tuvo Gurpegi la gran ocasión para el Athletic pero su cabezazo se fue acariciando el poste de Bravo.
Valverde temía al local Griezmann y por eso colocó la sombra de De Marcos sobre él, pero el francés está en racha y empezó a echarse el equipo a sus espaldas.
El delantero galo, a dos minutos para el final del primer tiempo, volvió a reivindicarse con sendos remates consecutivos desde fuera del área, el primero fue detenido con apuros por Iraizoz, pero su remate retornó a las botas de Griezmann, que mandó un disparo envenenado y con bote para hacer el primer gol ante el monumental enfado del guardameta navarro.
Se atascó el juego en la segunda mitad porque a la Real le convenía el resultado y el Athletic estaba espeso en los metros finales, huérfano de una referencia que acompañara al solitario Muniain.
Pudo resolver la Real a veinte minutos para el final en una rápida contra que culminó Griezmann con un fuerte disparo al cuerpo de Iraizoz, que se había quedado corto en su salida.
Los instantes postreros fueron un toma y daca por parte de ambos conjuntos, Muniain en el tiempo de descuento tuvo la gran ocasión para el empate en un disparo desviado por Bravo, finalmente Rubén Pardo, a pase de Seferovic, estableció el definitivo 2-0.
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