NIGERIA SE CORONA EN EL MUNDIAL SUB-17 DE EMIRATOS GOLEANDO AL "TRI"

Nigeria acabó con el sueño de México de revalidar el título universal y se convirtió en la primera selección tetracampeona Mundial sub 17 al imponerse hoy en Abu Dabi a los Aztecas por un contundente 3-0.
Las  "Águilas verdes", quienes se coronaron en Emiratos Árabes Unidos por su mayor pegada y despliegue físico, demostraron que tienen un idilio con Asia, por cuanto sus tres títulos anteriores los lograron en China, Japón y Corea del Sur.
El cuadro de Manu Garba demostró ser el mejor en la final y en un torneo en el que ha ganado con autoridad y contundencia a todos los rivales menos a Suecia (3-3), conjunto que a la postre acabó tercero tras derrotar a Argentina.
Todo un brillante logro para una Nigeria que no se coronaba campeón mundial sub 17 desde que venció a España en la tanda de penales de la final de Corea 2007 y que demostró una vez más su potencial en categorías menores.
El gigante africano, que ganó seis de los siete partidos en Emiratos-2013 con nuevo récord de goles (26), se impuso con un tanto en contra de Erick Aguirre (9'), y dianas del mediapunta Kelechi Iheanacho (56'), el mejor jugador del torneo, y su capitán Musa Muhammed (81') de tiro libre.
Nigeria terminó confirmando su favoritismo y sellando un campañón, en el que aplastó a todos sus rivales salvo a Suecia en primera fase (3-3), aunque luego se vengó y lo liquidó 3-0 en semifinales.
Con este título, Nigeria festejó su cuarta corona en la categoría (1985, 1993, 2007 y 2013) en su décima participación, recordando que también fue subcampeón en tres oportunidades (1987, 2001, 2009), e impidió que el Tricolor retenga la corona para sumar tres cetros junto a Brasil.
El Tri se había recuperado bien de aquella "noche lamentable" de Al Ain contra las Águilas Verdes, superando a Irak (3-1), Suecia (1-0), Italia (2-0) en octavos, Brasil (11-10 por penales tras 1-1) en cuartos y Argentina (3-0) en semifinales, para sellar el boleto a su tercera final y buscar revancha, pero Nigeria volvió a castigarlo.
Los tricolores, campeones mundiales en Perú-2005 y en su tierra hace dos años con pleno de triunfos, no pudieron mantener su efectividad perfecta en finales, contra un rival que fue un justo campeón al superarlo en todos los sectores del campo, dos veces en Emiratos-2013.
Con el presidente de la FIFA Joseph Blatter en la tribuna de honor del estadio Mohammed Bin Zayed, los chicos mexicanos a los 9 minutos vivieron una especie de "deja vu" del primer partido.
El volante del Pachuca Iván Ochóa estuvo a punto de convertir de cabeza pero salvó Dele Alampasu, que en la siguiente jugada lanzó desde abajo un contraataque letal que puso arriba a los africanos, con idéntica fórmula de aquel cruce en Al Ain: Iheanacho recibió en el medio un pase largo del lateral derecho, la punteó para Awoniyi, quien habilitó a Yahaya y cuando iba a definir ante Gudiño, el defensa Aguirre pateó involuntariamente el balón a su red.
La explosión imperó sobre la posesión que intentaba dormir el partido por parte de México, que a los 31 minutos por medio de Ulises Jaimes metió un cabezazo con destino de gol tras un centro recto del capitán Rivas, pero Alampasu volvió a enviar al córner, en una noche brillante.
A los 37', Taiwo Awoniyi se perdió el gol tras recibir una asistencia de Ihenacho, eludir a Gudiño y desde ángulo cerrado aunque solo y sin defensa remató al costado de la red.
México estaba mal parado y Nigeria lo sabía, Yahaya tomó un balón suelto fuera del área y remató sin marca, pero la pelota se estrelló en el travesaño.
Un par de minutos después Gudiño volvió a salvar de milagro la caída de su valla ante una tijera de Aliyu Abubakar, dejando con vida a su equipo para el segundo tiempo, cuando los nigerianos ya merecían estirar la diferencia.
Pero el suspenso duró poco, a los 56 minutos el capitán Musa Muhammed fue con la lanza al frente y metió un bombazo de larga distancia que Gudiño rechazó mal y mandó con un toque suave al fondo de la red Iheanacho, la gran figura del torneo.
Mohammed con un tiro libre de derecha que clavó al ángulo decoró el marcador de una historia que ya estaba sentenciada.

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