Zaragoza confirmó que hace una semana los tres puntos que sumó ante
Mallorca habían sido algo más que eso y su transformación la padeció el
Rayo Vallecano (3-0), un equipo que llegó a la capital aragonesa con
aspiraciones europeas y se dejó buena parte de ellas para además salir
goleado.
En
los primeros minutos, ambos equipos realizaron un buen juego combinativo
que no terminaban de concretar en acciones ante la portería rival,
aunque eran los zaragocistas los que daban una mayor sensación de
peligro ante un rival que no renunciaba a nada y buscaba, principalmente
por las bandas, en todo momento la portería defendida por Roberto.
Tras varios remates sobre la portería
defendida por Rubén, el lateral Abraham cogió a contrapié a los
defensores madrileños y se metió en el área y su centro lo interceptó
Figueras, en una acción que el colegiado Teixeira Vitienes interpretó
que había sido con la mano y señaló penal, Apoño (26'), el especialista de
los aragoneses en lanzamientos desde los once metros, no desperdició la
oportunidad para adelantar a su equipo.
Los maños querían irse al vestuario con algo
más de tranquilidad y buscaban el segundo tanto que pudo llegar en los
últimos instantes con una volea de Rodri y poco después fue Apoño al que
le llegó un balón mal despejado y desde cuarenta metros estuvo a punto
de sorprender al guardameta vallecano.
Lo que no habían
conseguido en la fase final del primer tiempo, los "blanquillos" lo
consiguieron a los cinco minutos de la reanudación en un balón que cortó
de cabeza Pintér hacia Víctor Rodríguez, cuyo centro remató a bocajarro
Postiga y el rechazo lo envió al fondo de las mallas Rodri (50').
El
gol de la tranquilidad había llegado para los maños y ahora debían
saber gestionar los casi cuarenta minutos que les quedaban por delante
para sumar su segunda victoria consecutiva.
El choque entró
en unos minutos de atonía hasta que los locales dieron un ligero paso
atrás que los madrileños intentaron aprovechar para intentar acortar
distancias e incrementar la presión sobre su rival.
Ese peligro
hizo reaccionar a los locales que empezaron a sacudirse el agobio y
adelantó unos metros su línea de presión lo que le devolvió el control
del juego.
Los frutos llegaron en los instantes finales en
una contra conducida por Apoño que Postiga terminó estrellando en el
poste, con Rubén ya batido, un minuto después fue Romaric el que robó un
balón y se lo dejó a Apoño (90') que de un potente disparo marcó el tercer
gol que les aseguraba su triunfo más cómodo de la temporada.
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