JUVENTUS ACECHA A LA ROMA

A Juventus le bastaron cinco minutos del tiempo complementario para cancelar las dudas sobre el primer gol de Fernando Llorente (2') y propinarle una sonora goleada 3-0 a Napoli que lo dejó único escolta a solo un punto de Roma.
El atacante español anotó en una jugada polémica: tiró el chileno Mauricio Isla y una desviación del siempre atento Carlos Tévez se transformó en un pase-gol para Llorente, que anotó por lo menos medio metro en offside.
Napoli, en una performance por debajo de su nivel habitual y con Gonzalo Higuain estrechamente controlado en marca a hombre por Andrea Barzagli, no llevó peligro a la meta de Gianluigi Buffon, solo a los 41', con Lorenzo Insigne que tiró apenas algo, causó cierta inquietud al arquero local.
Esporádicos intentos en la segunda etapa, como el tiro del checo Marek Hamsik apenas desviado, evidenciaron a Napoli con cierto resto, pero una excepcional jugada de Tévez a los 63' mostró a Juventus alerta y entera: su pase al chileno Arturo Vidal se tradujo en tiro del chileno que rozó un poste.
Siguieron los cinco minutos devastantes del equipo turinés,con un formidable tiro libre, Andrea Pirlo (74') puso el 2-0 (tras falta previa a Tevez), rubricado a los 79' por el francés Paul Pogba con un espectacular remate desde fuera del área que se incrustó en el arco defendido por Pepe Reina.
Juventus, cuyo técnico sacó en los minutos finales a Tévez y Vidal
y cuyo rendimiento no fue afectado por la expulsión a pocos minutos del final de Angelo Ogbonna, quedó así como único escolta de Roma, a un solo punto de distancia.
Napoli sufrió un duro revés, no tanto porque significó su segunda caída sino porque no mostró juego ni ideas, con el argentino Federico Fernández sin errores en su zaga y el colombiano Pablo Armero marcador de punta, pero incapaz de crear peligro en el arco de la mitad del campo para adelante (inútil el ingreso a los 77' del colombiano Duvan Zapata).
Durante todo el partido, los "tifosi" de Juventus entonaron coros ofensivos contra los napolitanos, en una actitud repetida, pese a la exhortación recibida a través de los altoparlantes, que se puede traducir en una pena para el club.