El Bayern de Múnich estableció un nuevo récord
en la historia de la Champion al ganar su décimo partido
consecutivo en la máxima competición continental al derrotar al CSKA
Moscú (1-3).
El anterior récord lo
estableció el Barcelona, con nueve victorias consecutivas, por lo que la
sufrida victoria de hoy en la capital rusa se suma al
anunciado cambio de ciclo en el fútbol europeo.
Aunque no lo tuvo nada fácil y, de hecho, los rusos, ya eliminados,
merecieron mejor suerte, habida cuenta de las claras ocasiones de gol
que erraron.
El partido se disputó con
temperatura de 5 grados bajo cero y una intensa nieve, que convirtieron
el césped del estadio Khimki en una dura, aunque practicable, pista de
escarcha.
El CSKA, que parece haber
superado el bache de juego que arrancó precisamente en la primera
jornada de la competición en Múnich (3-0) comenzó con más ganas de dar
una alegría a su sufrida afición.
El
nigeriano Musa lo intentó en innumerables ocasiones durante el primer
tiempo, aunque en ningún momento pudo deshacerse del férreo marcaje de
los alemanes.
El incansable Muller recibió un pase en profundidad y desde la banda
izquierda dio un pase de la muerte a un Robben (17') que venía embalado y que
chutó con la zurda de primeras, disparo que hizo inútil la estirada de
Akinféev.
A partir de ese momento, los
alemanes se lo tomaron con más calma todavía, lo que no agradó mucho a Guardiola.
Musa
lo intentó en un buen contraataque del club del
Ejército ruso, pero su duro disparo desde fuera del área se fue
ligeramente por encima del larguero de la portería defendida por Neuer.
La
lesión de Lahm obligó al técnico catalán a dar entrada al español
Thiago Alcántara, que le dio una mayor estabilidad al juego del centro
del campo bávaro.
Ante la pasividad de los alemanes, el delantero nigeriano del CSKA lo volvió a intentar tras
marcharse en velocidad de sus marcadores, se adentró en el área, pero
cuando lo más fácil hubiera sido tirar a gol, debido a la presión de
Javi Martínez, trastabilló y acabó disparando desviado.
En
el comienzo de la segunda parte, el Bayern apenas dio señales de vida y
los rusos fueron los protagonistas de todas las jugadas de peligro
durante los primeros diez minutos.
El japonés Honda, que abandonará pronto el CSKA con destino al Milán, tuvo en sus botas el gol en tres ocasiones.
Primero,
los centrales se equivocaron al marcar el fuera de juego y Honda se
plantó solo ante Neuer, le amagó y cuando le había superado con una
finta, se hizo un lío con la pelota, lo que dio tiempo al guardameta a
arrebatársela, luego falló incomprensiblemente un gol cantado a escasos metros de la
portería tras una buena jugada del equipo local, despues su disparo desde fuera del área fue atrapado con seguridad por Neuer.
Goetze (55') castigó la falta de puntería de los rusos con un gran gol, recibió
la pelota en tres cuartos, se fue en velocidad de cuantos rusos le
salieron al paso, regateó con asombrosa facilidad a los centrales
Ignashévic y Berezutsky, y marcó con la izquierda de tiro cruzado, pero la alegría le duró poco, ya
que el CSKA no estaba dispuesto a rendirse tan fácilmente.
Dante
cometió penal al golpear con la mano el balón tras un disparo del
serbio Tosic, lo que permitió a Honda (62') engañar desde los
once metros al portero alemán.
Con
todo, en el minuto 63 los alemanes sentenciaron el partido tras un
penal innecesario cometido por el defensa ruso Schénnikov sobre el
desaparecido Robben.
La correspondiente pena máxima fue anotada con facilidad por Muller, que engañó a Akinféev.
Los
rusos lo siguieron intentado, como Tosic que disparó al larguero desde
dentro del área grande, mientras el Bayern se limitó a defender su renta
hasta el pitazo final.
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