Real Valladolid supo aguantar con diez jugadores sobre el campo
durante toda la segunda parte ante un Levante que sigue sin ganar en
casa y que se mostró incapaz en ataque, en un duelo que terminó empatado.
La expulsión de Bergdich en el último minuto del
primer tiempo condicionó un partido en el que los goles llegaron antes
del descanso y en el que el Levante desaprovechó un penal,
precisamente en esa acción que supuso la expulsión del jugador del
conjunto castellano.
En los primeros compases del partido el
Valladolid se mostró más concentrado, mandaba en el centro del campo
ante un Levante al que le costaba generar juego de hecho, y tras
varias aproximaciones del conjunto visitante al área local, el Levante
no hilvanó una buena jugada de ataque hasta el minuto doce, aunque
el equipo de Joaquín Caparrós empezó a mover el balón con más criterio,
esa mejoría no se tradujo en peligro para la meta de Mariño.
El partido se equilibró al llegar al ecuador del
primer tiempo y
tras sendas aproximaciones con peligro de Babá, y sobre todo de Rubén,
el Levante logró abrir el marcador en el minuto 35 en una acción en la
que tuvo algo de fortuna, ya que Juanfran, tras una gran jugada, falló
en el centro final, pero Bergdich despejó mal y, tras rebotar la pelota
en otro defensor visitante, le cayó a Babá (36'), que marcó sin oposición casi
a placer, el Valladolid respondió con un golazo de Javi Guerra (42'),
que controló un balón suelto dentro del área y se dio la media vuelta
para ajustar su remate a la base de un poste derecho sin que el
costarricense Keylor Navas pudiera llegar, el primer tiempo se
cerró con un penal y expulsión de Bergdich, pero el lanzamiento de
Ivanchitz fue repelido por Mariño y al descanso se llegó con la igualdad
a un gol.
En el segundo tiempo, el Valladolid, con diez jugadores
por la expulsión de Bergdich, cedió el balón a su rival y se replegó
con orden en torno a la meta de Mariño ante un Levante que, con la
entrada de Barral, jugó con dos puntas para tratar de beneficiarse de su
superioridad numérica con este panorama, el Levante puso cerco
al área visitante, pero su acoso no se tradujo en situaciones de peligro
para Mariño, ya que en el último pase el equipo de Caparrós se encontró
con muchas dificultades para superar el entramado defensivo del rival.
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