El partido se jugó bajo una pertinaz lluvia que cayó a
lo largo de todo el cotejo y esto trajo como consecuencia que se
volviera trabado, con algunas jugadas fuertes, pero ninguna
malintencionada, conforme pasaba el tiempo, el terreno de juego empezó a
mostrar los efectos de la intensa lluvia, pues se ablandó mucho el
campo y en varias partes era difícil hacer circular el balón.
En medio de esta situación, un tanto complicada, donde
no abundaban las oportunidades claras de gol, el
veterano Carlos Ochoa fue lo que definió el partido al
entrar al área en busca de un pase que le habían mandado, Ochoa buscó
atorarse con el arquero para que el árbitro Ricardo Arellano marcara la
pena máxima, la que un minuto después el mismo Ochoa cobró con tiro raso
a la izquierda.Luego de este tanto, León intensificó su presión, pero en la fase complementaria el equipo de casa fue víctima de sus errores, entre ellos el errar un tiro penal al minuto 74, por conducto de Matías Britos.
Esto se combinó con un notable desempeño del arquero visitante, Oscar Jiménez, quien realizó tres espectaculares atajadas después de parar el tiro penal, para preservar el triunfo de su equipo.
La lluvia que cayó durante casi todo el día en la ciudad zapatera, y no cesó en ningún momento durante el encuentro fue el más grande rival para ambas escuadras, más para el León, quien tuvo que sacar del terreno de juego a Boselli y a Arizala por lesión antes de que terminara la primera parte.
El árbitro del encuentro fue Ricardo Arellano, quien, salvo el error de
haber marcado el tiro penal a favor del cuadro visitante, tuvo una
aceptable actuación.
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