El América fue un Tsunami amarillo, recuperó la cima de la tabla general luego de despedazar sin
piedad 4-1 a los Pumas de la UNAM en la cancha de Ciudad Universitaria, los goles del encuentro fueron obra de Miguel Layún (27'), Juan Carlos
Valenzuela (31'), Luis Ángel Mendoza (35') y Luis Gabriel Rey (66') de
las Águilas, mientras que Martín Bravo puso el de la honra al 78' para
los auriazules y pudieron ser más pero esos cuatro
fueron suficientes para que América, con dos juegos menos, sea líder por
diferencia de goles.
Los goles tienen un sello, un holograma de común denominador: confianza a
muerte del entrenador Miguel Herrera en sus anotadores. Sostuvo y dió
oportunidad contra viento y marea a Miguel Layún, Topo Valenzuela y
Quick Mendoza, yéstos responden con rabia y responde en la red.
Pumas aún no se manifestaba sobre lo
que parece inminente: la salida de Antonio Torres Servín, en una fecha
luctuosa históricamente en el futbol mexicano, tras los despidos de
otros dos entrenadores como Gabriel Caballero y Wilson Graniolatti.
Pumas fue una oposición endeble, frágil, timorata, ante un América que
usurpó la autonomía de la cancha del Olímpico Universitario desde el
primer minuto de juego.
Pero las debilidades de Pumas no se manifestaron solas, fueron
desnudadas, bajo la lluvia y el frío, por un América que hace más pulcro
su futbol rápido, abierto, de movimientos constantes y razonados por
sus jugadores.
Ese rendimiento notable incluye a un Oswaldito Martínez en su mejor
noche, hasta llegar a un Layún con su fuelle impresionante, que tiene el
premio de sentenciar el 1-0 con un escopetazo que fué desviado
ligeramente por Cortés, al minuto 27.
Y cuando Pumas se lamía la herida del primero y analizaba si respondía o
ronroneaba, Oswaldito entrega
el segundo al cabezazo de Valenzuela ante la
desatención puma, al '31.
En el aluvión americanista, Mendoza se gana su festejo firmando
el 3-0 sólo tres minutos después, cuando Rey encuentra sólo peones
defensivos entre el desconcierto universitario.
Con esa sentencia de muerte, Antonio Torres Servín y Pumas se van al
reposo, mientras América escucha a su afición en una cabecera que le
implora más goles
En la segunda etapa América sale al desenlace a jugar con tranquilidad y sin riesgos, ante
la peligrosidad de la cancha y la ira desesperada de Pumas.
Pero, a pesar de esa mesura, mantiene el dominio y encuentra el 4-0 que
lo genera Miguel Layún a los '65, con servicio largo a Oswaldito quien
sirve entre los sonámbulos universitarios, para que de certero cabezazo aumente el marcador.
Con semejante ventaja, Miguel Herrera pone a desfilar cambios y entran
Molina, Hobbit y Andrade, y Pumas parece reaccionar ante la burla que le
llegaba de la tribuna.
Y es cuando Maza Rodríguez, errático, torpe toda la noche, intenta
despejar de cabeza, pero entrega el balón en un pase magnífico al remate de Martín Bravo para sentenciar el 4-1, que sirvió
como suspiro, como puchero consolador a los pumas.
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